Odisea Cristiana Noviembre 2016 | Page 16

acusa las consecuencias del pecado y la muerte. 2. De acuerdo con las leyes humanas de su tiempo, nació fuera de matrimonio, como un hijo ilegítimo, por tanto, señalado y rechazado por quienes se sintieron puros. 3. Soportó la incredulidad de sus propios hermanos y de la gente que no aceptaba un mesías nacido en galilea, sino en Judea, de acuerdo con las profecías. 4. En los últimos días de vida, Jesús mostró al mundo la crueldad de la vida humana, recibió en carne propia el desprecio de su gente, su incredulidad y su crueldad; tuvo que cargar su propio instrumento de tortura y caminar con él hacia el lugar de su muerte, ¡y esto él lo sabía! ¿Cree usted que Jesús cargó con su cruz únicamente durante las horas previas a su muerte? La respuesta es ¡NO! Jesús cargó con su cruz desde su nacimiento: sentenciado a muerte por Herodes, exiliado en Egipto, establecido lejos de su propia tierra como descendiente de David, rechazado por su familia; pero aceptado por las personas que tienen grandes necesidades. Jesús (y Dios en Él) entiende a los discriminados, a los migrantes, a los exiliados, a los nacidos fuera de matrimonio, a los hijos ilegítimos, a los que viven capacidades diferentes, a los pecadores; porque Él supo cargar la cruz de todos ellos; ¡Esa fue su cruz! Esta vida sin Dios está muerta y nos 16 lleva a todos a la muerte. Por eso Jesús nos invita a negarnos a nosotros mismos, como Él se negó: “Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales”. (Filipenses 2:5-8) Por eso Jesús nos invita a tomar su cruz, como Él la tomó: A Él le fue asignado el instrumento más perverso de la historia para expiar a los peores delincuentes, ¿Será que Jesús se convirtió en uno de ellos? La respuesta es: ¡Sí! ¡El peor de los delincuentes de la historia!, porque cargó con todos los pecados de la humanidad, por tanto merecían la pena má xima. Por amor, Jesús expió en su cuerpo todos los pecados de la humanidad y los dejó en la cruz. Y cuando Él emergió de la tumba, lo hizo con un cuerpo limpio y puro, santo, sin mancha y eterno, con la cualidad de transformar a la humanidad en santa y perfecta y a la vez, introducir en la trinidad un cuerpo humano. Por eso Jesús nos invita a seguirlo: No ir tras Él en una caminata por la calle de la vida; no, se trata de seguirlo en su misma vida, muerte resurrección y ascensión. Comunión de Gracia Internacional | comuniondegracia.org