"No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz,
sino espada. Porque vine a poner al hombre contra su padre,
a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;
y los enemigos del hombre serán los de su misma casa"
(Mateo 10:34-36).
T
an fuerte como esas palabras suenan, vienen de los
labios de Jesús mismo. No
nos atrevemos a ignorarlas u
ocultarlas.
Pero, ¿Cómo podría el Príncipe de
paz no traer la paz, sino una espada?
Lo que debemos tomar en cuenta
es que hay dos clases de paz. Hay
paz material y hay paz espiritual.
La paz material depende no sólo
de uno sino también de otras personas. Esta paz se pierde cuando
hay conflictos entre dos individuos o grupos.
Pero la paz espiritual que Cristo
nos ofrece es diferente de la paz
del mundo (Juan 14:27).
Esta paz espiritual es nuestra aún
Odisea Cristiana | Diciembre 2016
EN MEDIO de las tribulaciones y
los conflictos de la vida (Juan
16:33).
El contexto de Mateo 10:34 nos
enseña claramente que Cristo no
hablaba de la paz espiritual en
esta ocasión sino de la paz material.
Cristo claramente NO DESEA que
haya disensión entre el hombre y
su padre. No obstante, el Señor
sabe que "todos los que quieren
vivir piadosamente en Cristo Jesús
padecerán persecución" (II Timoteo 3:12).
Sabe que "todo aquel que hace lo
malo, aborrece la luz" (Juan 3:20).
En el contexto de Mateo 10,
Cristo estaba advirtiendo a Sus
discípulos de las tribulaciones
9