"Porque convenía que Aquél para quien son todas las cosas y por quien son
todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos" (Hebreos 2:10).
E
ste versículo resume toda la
vida terrenal de Jesús. Él fue
hecho "perfecto a través del
sufrimiento". ¿Necesitaba Jesús perfeccionarse? Pero ¿no era perfecto
Jesús cuando nació en el pesebre?
¿No vivió una vida sin pecado? ¿No
fue su muerte la muerte de un hombre inocente?
Sí. Era moralmente perfecto. Esa es
una clase de perfección. Pero hay
otro tipo de perfección que solo
viene por experiencia.
Jesús entró plenamente en los sufrimientos de este mundo y salió victorioso de ellos. Fue hecho perfecto en
su experiencia en la tierra por las cosas que sufrió. Por eso es llamado el
"autor" de nuestra salvación.
Él vino y sufrió en este planeta maldito por el pecado para que en virtud
de su vida sin pecado y su muerte,
pudiera alumbrar la senda para tener
comunión con Dios.
Pero el sendero que lleva a la cruz
está marcado con sufrimiento, con
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lágrimas, con rechazo. Cuando sigues
a Jesús, el camino a la gloria pasa por
la cruz.
Esto explica tantas cosas que nos suceden. ¿Qué está haciendo Dios en
tu vida y en la mía? Él nos está enseñando con el Currículo de Gracia en
la Escuela del Sufrimiento.
La escuela empieza en el momento
en que confiamos en Cristo y termina
el día que morimos. Pasamos la
prueba y nos graduamos guardando
nuestros ojos en Jesús. Él es el primero de la clase. Nunca falló en un
examen. Él alumbró el sendero a través de la Escuela del Sufrimiento
para poder seguir su camino.
Hay gloria al final de la vida cristiana,
pero viene por medio del sufrimiento. Mantén tus ojos en Jesús
que nos abrió el camino.
Padre nuestro, que nunca olvidemos
que cada prueba tiene un propósito
divino. Ayúdanos a seguir mirando a
Jesús mientras nos conduce a la gloria. Amén.
Comunión de Gracia Internacional | comuniondegracia.org