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Tus enemigos
- El hambre: de nada te servirá que te mates de hambre para bajar de peso. De hecho, el 50% del peso perdido viene del tejido muscular, no de la grasa; Cada kilo de peso quema alrededor de 50 calorías al día; si pasas hambre, ralentizarás el metabolismo por lo que quemarás menos.
- La ansiedad: si reduces la cantidad de alimentos e incluso suprimes algunos, es normal que sientas ansiedad entre comidas. Busca trucos para picar entre horas que te permitan realizar un picoteo sano y bajo en calorías.
- Los refrescos azucarados, el alcohol, la bollería industrial, el fast food...: ¿hace falta que te expliquemos por qué algunos alimentos son innecesarios? Son azúcares innecesarios que se transforman en una cantidad de calorías que tu cuerpo tardará muchísimo en quemar. En tu dieta, ni en pintura
- La prisa: ¿cuánto esperas perder a la semana? Las dietas milagro no existen, así que lo de bajar 5 kilos en 7 días puede ser irreal, si no peligroso para la salud si lo intentas de verdad. Con un kilo a la semana es más que suficiente, y más si mantienes el ritmo. Recuerda que adelgazar debe ser, ante todo, un proceso saludable.
- La báscula: no te obsesiones con pesarte cada día de la dieta. Hazlo una vez a la semana para ver resultados más globales, o te desesperarás viendo que de un día para otro apenas hay cambios (o ninguno) en tu peso.
- La vida sedentaria: si pensabas que sólo cambiando tu ibas a cambiar de peso, estabas muy equivocada. Aunque hay teorías que afirman que el ejercicio abre el apetito, también es cierto que tonifica los músculos, algo esencial cuando se está bajando de peso para evitar la flacidez. Busca entre tus preferencias el deporte que más te puede convenir, indaga en terapias orientales como el yoga, nuevas disciplinas como el pilates o el gyrotonic... Busca unas horas a la semana y dedícaselas a tu cuerpo, también por motivos de salud
La dieta macrobiótica
Imagínate una dieta que es realmente todo un estilo de vida, que armoniza tu cuerpo y tu mente, que es respetuosa con la naturaleza y que pone a todo tu organismo en equilibrio. Es la dieta macrobiótica, una de las preferidas por las celebrities y una de las más saludables del mundo.
Perder peso y llevar una vida sana es posible con regímenes como el macrobiótico. Aunque, más que una dieta, se trata de un modo de vida porque su principal objetivo no es adelgazar. En la dieta macrobiótica lo que se busca es el equilibrio en el organismo, entre el cuerpo y la mente, entre el yin y el yang. Y la comida nos puede ayudar.
Muchas celebrites han convertido su dieta en macrobiótica sin ser necesariamente delgadísimas. A quienes la practican se les ve simplemente saludables. Destacan Richard Gere, Madonna,Gwyneth Paltrow, pero también otras más jóvenes como Scarlett Johansson o Natalie Portman.
Los orígenes de la dieta macrobiótica.
Este tipo de alimentación nació en Oriente, y llegó a Europa en los años 30 a través de Japón. Está muy vinculada al yoga, a la evolución personal y al orden del universo dado que el yin y el yang entran en juego.