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CONSEJOS PARA UNA DIETA SALUDABLE
Enemigos y aliados de las dietas
Hacer una dieta para perder peso no es una tarea fácil, pero podemos hacer menos ?doloroso' el proceso si sabemos en qué apoyarnos. Por otra parte, también es interesante que conozcas bien todos esos elementos que pueden perturbarte durante tu régimen. Te ponemos al tanto de tus aliados y enemigos cuando más lo necesitas.
El estar a dieta puede ser una pesadilla si sólo te dejas llevar por lo negativo que tiene. Y, por otra parte, la puedes hacer más llevadera si prestas más atención a lo bueno que te va a proporcionar. Para que te animes, aquí tienes una lista de aliados y enemigos; ¡identifícalos y triunfa!
Aliados en tu dieta
- La fibra: no sólo regula tu tránsito intestinal sino que produce sensación de saciedad porque ralentiza la digestión y absorbe el agua, expandiendo el estómago y haciéndote creer que estás llena. Intenta cambiar todos tus alimentos refinados por integrales para aumentar la cantidad de fibra en tu dieta: pan, pasta, cereales, harina...
- El dormir bien: se ha demostrado científicamente que no dormir no sólo no adelgaza sino que favorece el aumento de peso. Con la falta de sueño, el cuerpo produce más cantidad de una hormona que nos hace sentir hambre, a la vez que reduce la producción de la que aumenta la sensación de saciedad. Además, dormir las horas adecuadas (8 al día para un adulto) mejora tu rendimiento diario, el estado de tu piel... ¡Son todas ventajas!
- Haz la dieta acompañada: búscate aliados de verdad, físicos, que compartan tu misma dieta para que os apoyéis mutuamente. Puede ser tu madre, tu hermano, tu pareja, tu compañero de trabajo... Alguien con quien compartir experiencias, buenos y malos momentos, consejos... ¡Te entenderá mejor que nadie!
- Variedad en los alimentos: puedes hacer una dieta sana y baja en calorías sin que necesariamente sea aburrida y gris. Dentro de las pautas que tenga tu régimen, intenta sustituir unos alimentos por otros siempre que puedas, busca una buena tabla de equivalencias para saber qué cambiar por qué.
- El agua: dos litros al día como mínimo en vez de refrescos azucarados y bebidas artificiales. Aquello de que hay que comer sin agua porque ?engorda' durante las comidas es un mito; no tiene calorías, sabor ni color, algo que le sucede sola o acompañada de alimentos. Bebe toda el agua que te pida el cuerpo, puede ser perfectamente del grifo, y te ayudará a eliminar las toxinas sobrantes y, de paso, a mantener tu piel debidamente hidratada.
- La disciplina: come sentada, respeta las horas de cada comida (5 al día en pequeñas porciones), mastica bien los alimentos y descansa un poquito si puedes para hacer la digestión. Al comer deprisa y en malas condiciones perderás la noción de lo que estás comiendo, digerirás peor...
- La nutricosmética: favorece la eliminación de peso, líquidos o celulitis desde el interior. La nutricosmética te ayuda gracias a sus compuestos a facilitar esta tarea, aumentando el efecto de la dieta. Pregunta en tu farmacia o parafarmacia qué producto te conviene más.
- La ansiedad: si reduces la cantidad de alimentos e incluso suprimes algunos, es normal que sientas ansiedad entre comidas. Busca trucos para picar entre horas que te permitan realizar un picoteo sano y bajo en calorías.