También hay varios temas que se han tratado muchas veces como: los estándares que nos impone la sociedad, los traumas de la infancia, la educación de un niño, el ser auténtico, lo corta que es la vida, la necesidad de aparentar algo que no eres, la felicidad sin importar lo material, adicción al trabajo entre otros. En embargo no se siente como una historia cliché, es profunda y si, puede que la obra, un monologo de dos horas, repita varias veces el tema principal, pero para ser honestos con nosotros mismos. ¿No es eso lo que necesitamos para entender o hacer algo diferente?
Desde antes de esta ver esta obra ya sabías que la vida acaba, pero con ¡A Vivir! es diferente, porque no es una charla motivación que te dice que todo va a estar bien y que trata de cambiarte, de la que estamos hartos y algunos incluso frustrados por no poder cambiar, por no ser lo suficientemente constantes o comprometidos con nosotros mismos o por creer que son tonterías; Sin embargo Odín te cuenta la historia de su personaje, crea empatía entre el público y la obra, las locuras llevadas a cabo en esta historia, te hacen quiere salir de la monotonía.
Esta obra se ha presentado durante varios años, y ahora esta obra ayuda a fundaciones de niños con sida y problemas de salud. “Amo mi trabajo y si éste sirve para ayudar a alguien que lo necesita, pues qué mejor, no saben la diferencia que podemos hacer en sus vidas”, declara Odín Dupeyrón después de una de sus funciones y antes de un “debate” que se organizó entre los asistentes y Dupeyrón.