El motivo de ésta “maldición”, fue el lugar donde se rodaron las escenas exteriores del film. Y es que la película se rodó en localizaciones cercanas a St George, en el desierto de Utah, al sotavento de los escasos 200 kilómetros de donde el ejército de los EE.UU. llevaba a cabo sus pruebas nucleares de los años 50 en el estado de Nevada. Por si esto no fuera suficiente, Hughes transportó más de 60 toneladas de tierra del desierto de Utah a Hollywood para que los decorados de la película presentasen el mismo aspecto que el de las escenas rodadas en exteriores.
Tanto Hughes, como el staff encargado de la producción del film, conocían la circunstancia de que en los terrenos colindantes, el ejercito de EE.UU. había llevado a cabo importantes pruebas de armamento nuclear. Si bien tales pruebas no se realizaron durante la filmación de la película, sí que habían sido muy numerosas el año anterior, alcanzado la cifra de 11 explosiones “controladas” en 1955. Además, en 1953, el ejército de USA había llegado a detonar dos de sus bombas más poderosas en Nevada, la conocida como “Harry” (de 32,4 kilotones) y la poderosa “Simon” (de 51,5 kilotones), verdaderos monstruos atómicos en comparación con la bomba arrojada en Hiroshima (que fue de apenas 13 kilotones).
Como consecuencia de ello, y arrastrado por el viento, se formaron grandes depósitos radiactivos de estroncio 90 y celsio 137 en las dunas de “Snow Canyon”, lugar exacto donde la mayoría de las escenas de “El conquistador de Mongolia” fueron rodadas. Aparte de ésto, también pudieron resultar afectados determinados alimentos consumidos por el equipo de rodaje, aumentando el riesgo del personal de la película al consumir carne, lácteos y productos de la zona. El resultado de ello fue lo anteriormente citado, 91 de los miembros del rodaje enfermaron de cáncer en los años posteriores al estreno de la película y 46 de ellos murieron, entre ellos nombres tan destacados como:
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