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Economía | 49
de Washington, promercado, y a favor del
Consenso de Buenos Aires, intervencionista.
Ahora no tanto. La del crecimiento a
corto plazo de China es una pregunta aún
sin respuesta, cuando sus dirigentes están
intentando frenar el insostenible auge alimentado por el crédito. Si llega a haber
una interrupción en su crecimiento, la agitación actual de los mercados emergentes
parecerá un simple hipo en comparación
con el terremoto que vendrá.
Hay otros fundamentos notables en
esa combinación. La revolución del gas de
esquisto en los Estados Unidos está cambiando la ecuación energética. Exportadores
de energía como Rusia sienten la presión
bajista de sus precios. Al mismo tiempo, una
energía con un costo bajísimo en los Estados
Unidos afecta la competitividad de los
manufactureros asiáticos. La "economía de
Abe" en Japón es también importante para
ciertos países. La estabilidad en la zona del
euro tal vez haya sido el más importante factor positivo que sostuvo la confianza de los
mercados en 2013.
Sin embargo, el núcleo de los problemas
de los países emergentes es el retroceso normativo y político. En Brasil, los intentos del
gobierno de debilitar la independencia del
banco central y entrometerse en los mercados energético y crediticio han menoscabado
el crecimiento. Turquía está sufriendo desafíos graves a sus instituciones, además de las
presiones del gobierno al banco central. La
falta de instituciones fuertes en Rusia ha dificultado el surgimiento de una clase empresarial que contribuyera a la diversificación de la
economía. En la India, la independencia del
banco central sigue siendo fuerte, pues el
Reserve Bank de la India tiene la idea de pasar
a un régimen con objetivos de inflación.
No obstante, algunos mercados en
ascenso están avanzando y podrán beneficiarse de la agitación, si pueden mantener
el rumbo. Aparte de México, países como
Chile, Colombia y Perú están bien situados
para beneficiarse de las inversiones en creación de instituciones, pero éstas pueden
tardar décadas en consolidarse. Así, pues,
¿hasta qué punto son frágiles los mercados emergentes en general? A diferencia
de lo que ocurría en el decenio de 1990,
en el que estaban generalizados los tipos
de cambio fijos, ahora la mayoría de los
países tienen tipos flexibles, que amortiguan las sacudidas.
Los valores de estos países pueden
haber caído en picada, pero también eso
es un amortiguador de sacudidas. La verdadera cuestión es la de qué ocurrirá
cuando se traslade la agitación a los mercados de deuda. Muchos países han acumulado reservas importantes y ahora
están emitiendo más deuda en su moneda. Naturalmente, la opción de ir reduciendo la deuda mediante la inflación no
es una panacea.