para la muchacha que esta mujer mayor se deje arrastrar por
la atracción hacia los hombres y que se la transmita dándole
una atractiva capa roja.
Tanto el título como el nombre de la niña, «Caperucita Roja»,
ponen énfasis en el color rojo que exhibe abiertamente. Rojo
es el color que simboliza las emociones violentas, sobre todo
las de tipo sexual. Las ropas rojas que la abuela regala a
Caperucita se pueden considerar, entonces, como símbolo de
una transferencia prematura de atractivo sexual, lo que se
acentúa por el hecho de que la abuela está enferma y es una
anciana, incluso demasiado débil para abrir la puerta. El
nombre de «Caperucita Roja» da fe de la importancia clave de
este rasgo de la heroína de la historia. Sugiere que no sólo la
caperuza es pequeña sino también la muchacha. Es demasiado pequeña, no para llevar la caperucita, sino para conseguir
lo que estas ropas simbolizan y lo que el llevarlas significa.
El peligro de Caperucita es su sexualidad incipiente, para la
que no está todavía emocionalmente madura. La persona que,
desde el punto de vista psicológico, está preparada para tener
experiencias sexuales puede dominarlas y madurar gracias a
ellas. Pero una sexualidad prematura es una experiencia
regresiva que estimula todos nuestros aspectos primitivos. La
persona poco madura y no preparada todavía para el sexo y
que sufre una experiencia que provoca intensos impulsos de
tipo sexual, retrocede hasta llegar a un modo edípico de
enfrentarse a ellos. La única manera de superar el sexo, según
esta persona, es el librarse de los rivales con más experiencia,
cosa que vemos cuando Caperucita le da instrucciones concretas al lobo para llegar a casa de la abuela. Sin embargo,
con ello, se ponen en evidencia asimismo sus sentimientos
ambivalentes. Cuando manda al lobo a casa de la abuela,
actúa como si le dijera: «Déjame sola; ve con la abuela que es
una mujer madura; ella podrá hacer frente a lo que tú representas. Yo no».
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