MP 82 MALAS PALABRAS NRO 82 | Page 15

transnacionales que se be- nefician con los salarios más bajos del hemisferio, que cesen en su afán de explo- tar los vastos yacimientos de oro, petróleo y cuanta ri- queza le queda aún al pue- blo haitiano tras 500 años de pillaje colonial. Es hora de dejar de intervenir para mantener a un gobierno cuyo único sostén viene de afuera, por su voluntad manifiesta de seguir refor- zando el sistema neocolo- nialista que impulsa sobre todo EE.UU., contra Haití y la región entera, como se vio en el apoyo dado por Moïse al golpe de Estado en Venezuela. Hemos visto que el pueblo haitiano rechaza rotundamente esta estrate- gia intervencionista. Alzamos nuestras voces para apoyar las reivindica- ciones populares que des- de hace meses levantan con cada vez mayor unidad y fuerza. Entre ellas, la nece- sidad de una transición de ruptura que acabe con el sistema anti-popular para poner a la mujer y al hom- bre haitiano en el centro de las preocupaciones sociales, económicas, culturales, po- líticas y estatales; juicio a los culpables del robo de los fondos de la cooperación venezolana Petrocaribe y de las masacres en los barrios populares; una conferen- cia nacional soberana (diá- logo entre haitianas y haitianos) para encarar los urgentes problemas que en- frentan a partir de la parti- cipación amplia y vin- culante de sus partidos po- líticos, organizaciones y movimientos populares. Frente a la represión desatada contra los cientos de miles de manifestantes, con 19 muertos y 189 heri- dos en pocas semanas, nos ponemos de pie para exigir el respeto de sus Vidas y Dignidad, de todos los De- rechos Humanos que les asisten. Cuando un pueblo es sometido, torturado, opri- mido por un invasor, goza del sagrado derecho a la Rebelión. Nadie mejor que el pueblo haitiano lo sabe y lo ha practicado, al igual que todos los pueblos libres del mundo. La hora ha llegado. Exigimos a la ONU, a los gobiernos de nuestros paí- ses, que reconozcan y res- peten la justa pretensión que ejercen de construir su propio destino. Los instamos a asumir que es el momen- to histórico de saldar las deudas que tienen con Uds., de indemnizarles y hacer reparaciones por todos los crímenes cometidos, por la humillación y arbitrariedad de 15 años de ocupación militar, golpes de estado, fraudes electorales, decenas de miles de muertos con el genocidio del cólera intro- ducido por la MINUSTAH, 15 los asesinatos selectivos, la represión constante contra toda manifestación popular, las masacres de población civil, las violaciones y abu- sos sexuales perpetrados a niños, mujeres y jóvenes a quienes arruinaron sus vi- das. Sumamos también nuestro rechazo al desplie - gue de una nueva misión de la ONU, la BINUH, sobre todo en ausencia de esa debida reparación. Como Uds. bien denuncian, sería una infamia y una violación flagrante del derecho inter- nacional ya demasiado bastardeado, con el mismo desprecio hacia el pueblo haitiano y el mismo apoyo a las fuerzas más retrógra- das de vuestro país. Hermanas y hermanos haitianos, han dicho BASTA, y nosotros, los pueblos de la región, decimos BASTA con Uds. ¡Su lucha es la nuestra!».