MP 78 MP 78 | Page 33

son de exterminio. Uno de los ejemplos de los campos de dispersión son los agrotóxicos. Dispersados en la tierra y en los alimentos. Fumigando sobre escuelas. Intoxicando cuerpos y arra- sando mentes. Campos de dispersión son los precios esenciales, las jubilaciones de penuria, los salarios bá- sicos que nada básico ase- guran. Decidir cuándo fue el deslizamiento del arte de gobernar al arte marcial de asesinar , da cuenta de nuestra implicación. Para mí, la política es la puesta en acto de la implicación. Por lo tanto, yo tiendo una parábola que va desde la masacre de Ezeiza hasta el triunfo de Cambiemos. O sea: la derrota y el fracaso de la profecía de la P atria Socialista, coronado por una nueva versión del Virreinato del Rio de la Pla- ta. La segunda Dependen- cia. O la tercera. O la cuar- ta. Elecciones más, unida- des menos, las masacres continuarán. Los originarios no somos todos, pero no son aquellos que hace ca- torce mil años habitan es- tas tierras. Los originarios también somos los que sos- tenemos que si la revolución es un sueño eterno, lo re- volucionario es cotidiano. Porque todos los días y to - das las noches, hay miles de compañeres que perforan el fundante represor de la cul- tura. Fui invitado a la Feria del Libro en El Chaltén. Y pude conocer, estar cerca, hablar con muches que dia- riamente combaten contra la cultura represora con creatividad, coraje e inteli- gencia. De la masacre de Ezeiza a la Masacri Fácil hay una continuidad que no debe olvidarse. La memoria his- tórica es una de nuestras armas necesarias. Santiago Maldonado y Luciano Arru- ga son víctimas del mismo arte de asesinar. Los com- batientes que sostienen la dignidad de la vida, debe- remos crear nuevos artes para seguir siendo cántaros que rompan la fuente de la cultura represora. En San Miguel del Mon- te, la cultura represora ex- hibe su arte de asesinar. Lo ha exhibido sin pudor algu- no. Lo exhibe como Trofeo. Como las cabezas de ani- males asesinados en safaris sangrientas. Masacres, ca- 33 cerías, safaris. El arte de nuestro buen vivir es un rei- no que no es el mundo de la cultura represora. Otro mundo construiremos don- de quepan muchos mundos. En la Feria del Chaltén lo respiré. Y mi decisión es seguir respirando esos aires de rebeldía libertaria.