son de exterminio. Uno de
los ejemplos de los campos
de dispersión son los
agrotóxicos. Dispersados en
la tierra y en los alimentos.
Fumigando sobre escuelas.
Intoxicando cuerpos y arra-
sando mentes. Campos de
dispersión son los precios
esenciales, las jubilaciones
de penuria, los salarios bá-
sicos que nada básico ase-
guran.
Decidir cuándo fue el
deslizamiento del arte de
gobernar al arte marcial de
asesinar , da cuenta de
nuestra implicación. Para
mí, la política es la puesta
en acto de la implicación.
Por lo tanto, yo tiendo una
parábola que va desde la
masacre de Ezeiza hasta el
triunfo de Cambiemos. O
sea: la derrota y el fracaso
de la profecía de la P atria
Socialista, coronado por
una nueva versión del
Virreinato del Rio de la Pla-
ta. La segunda Dependen-
cia. O la tercera. O la cuar-
ta.
Elecciones más, unida-
des menos, las masacres
continuarán. Los originarios
no somos todos, pero no
son aquellos que hace ca-
torce mil años habitan es-
tas tierras. Los originarios
también somos los que sos-
tenemos que si la revolución
es un sueño eterno, lo re-
volucionario es cotidiano.
Porque todos los días y to -
das las noches, hay miles de
compañeres que perforan el
fundante represor de la cul-
tura. Fui invitado a la Feria
del Libro en El Chaltén. Y
pude conocer, estar cerca,
hablar con muches que dia-
riamente combaten contra
la cultura represora con
creatividad, coraje e inteli-
gencia.
De la masacre de Ezeiza
a la Masacri Fácil hay una
continuidad que no debe
olvidarse. La memoria his-
tórica es una de nuestras
armas necesarias. Santiago
Maldonado y Luciano Arru-
ga son víctimas del mismo
arte de asesinar. Los com-
batientes que sostienen la
dignidad de la vida, debe-
remos crear nuevos artes
para seguir siendo cántaros
que rompan la fuente de la
cultura represora.
En San Miguel del Mon-
te, la cultura represora ex-
hibe su arte de asesinar. Lo
ha exhibido sin pudor algu-
no. Lo exhibe como Trofeo.
Como las cabezas de ani-
males asesinados en safaris
sangrientas. Masacres, ca-
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cerías, safaris. El arte de
nuestro buen vivir es un rei-
no que no es el mundo de
la cultura represora. Otro
mundo construiremos don-
de quepan muchos mundos.
En la Feria del Chaltén
lo respiré. Y mi decisión es
seguir respirando esos aires
de rebeldía libertaria.