humano puede sufrir es carecer de todo tipo de
ideales, no aspirar a nada.
16. La capacidad de religación. La inteligencia
espiritual es la raíz de la vida espiritual, pero la
espiritualidad no es la religiosidad. La vida
espiritual es búsqueda, anhelo de sentido, camino
hacia lo desconocido, autotrascendencia. La
religiosidad expresa capacidad de religarse, de
vincularse a un ser que reconoce distinto a sí y
con el que establece alguna forma de
comunicación. La espiritualidad no exige,
necesariamente, la religación con un ser superior,
pero tampoco la excluye.
17. La ironía y el humor. El humor facilita las
relaciones interpersonales y hace agradable la
vida en común. El humor no se opone a la
seriedad. Es, más bien, su condición de
posibilidad. La ironía es una forma de humor.
Sócrates la practicó vivamente durante toda su
vida. Su célebre ―Sólo sé que no sé nada‖ es una
frase preñada de ironía.
Para cultivar la inteligencia espiritual, el profesor
Torralba nos propone la práctica asidua de la soledad,
el gusto por el silencio, la contemplación, el ejercicio
de filosofar, gozar de lo espiritual en el arte,
practicar el diálogo socrático, el ejercicio físico y el
dulce no hacer nada, la experiencia de la fragilidad, el
deleite musical, la práctica de la meditación y el
ejercicio de la solidaridad.
Con la inteligencia espiritual, a juicio del autor, se
obtienen
múltiples
beneficios:
creatividad,
profundidad en la mirada, consciencia crítica y
autocrítica,
calidad
de
las
relaciones,
autodeterminación,
sentido de los límites,
conocimiento de las posibilidades, transparencia y
receptividad, equilibrio interior, asumir la vida como
proyecto, capacidad de sacrificio, y vivencia plena
del ahora.
Ahora bien, así como es posible cultivar la
inteligencia espiritual, también se puede atrofiar
mediante el sectarismo, el fanatismo, el gregarismo,
la banalidad, el consumismo, el vacío existencial, el
aburrimiento, el autoengaño, el gusto por lo vulgar ,
el narcisismo, la parálisis vital.
En definitiva, el autor nos propone que debemos
educarnos y desarrollar nuestra inteligencia espiritual
para ser más libres, para conocernos mejor, para
identificar, explorar y elegir