MITT 125 SCRAMBLED LIMITED 21
meter también al portamatrículas, que en
lugar de estar anclado al colín lo está al
basculante mediante un brazo flotante.
Todo esto descrito combinado sutilmente
hace que la Scrambler Limited sea una
moto muy llamativa visualmente, pero
lejos de quedarnos únicamente en lo
superficial, la verdadera prueba para la
moto es su uso intensivo en marcha. A
la hora de subirse a ella y exigirle tanto
al motor como a la parte ciclo es cuando
descubrimos realmente su carácter.
La primera sensación al montarse
a la moto es que su tamaño es muy
contenido, haciéndose muy fácil llegar
al suelo y a los mandos de manera
cómoda. Precisamente esa posición de
conducción no es tan cargante como
en otras motos de este estilo, lo que
más de uno agradecerá si se tiene que
pasar un buen rato conduciéndola. En
este aspecto, la única molestia puede
llegar de parte de algunas vibraciones
que llegan del motor al llevarlo a la parte
alta del cuentarevoluciones, aunque
hay que tener claro que esta moto no
está diseñada para ese uso sino más
bien para una conducción tranquila sin
exprimir al máximo el propulsor.
“La parte ciclo guarda una
gran y positiva sorpresa,
transmitiendo confianza y
seguridad en curva”
Este motor monocilíndrico refrigerado
por aire ofrece 10,8 CV de potencia,
una cifra en la línea de la que este tipo
de motores suelen dar para mantener
su rendimiento a lo largo del tiempo
y guardarse un margen de cara a la
durabilidad. La caja de cambios funciona
de manera correcta a la hora de engranar
las cinco marchas con las que cuenta.
Para moverse entre ellas tanto en subidas
como en reducciones y arrancadas, el
embrague mantiene el tipo sin problema.
Debido a su potencia reducida, la 125
Scrambler Limited no es una moto que
se caracterice por alcanzar velocidades
puntas elevadas. No tiene problemas en
llegar a rondar los 100 km/h en carretera,
siendo difícil superar esa velocidad.
Este es otro de los rasgos que en Mitt
tienen claro, ya que su objetivo a la hora
de incluir este modelo en su gama es el
de hacer una moto urbana cuyo hábitat
no es la autopista aunque pueda hacer
tramos de vías rápidas sin problema.
Es en este punto, una vez recorridos los
primeros kilómetros, en el que la Mitt se
quita la careta y deja ver el que es su punto
fuerte en marcha: el comportamiento de
su parte ciclo, superior al de muchas