métricas de rendimiento tienen una fuerte orientación hacia la satisfacción del
cliente.
3. Establecer horizontes para la comparación de los rendimientos futuros.
Contar con horizontes de comparación permite a la organización determinar si el
rendimiento de la empresa mejora o declina como consecuencia de una inversión
o del desempeño de una determinada unidad de negocios.
Es importante destacar que un horizonte de comparación será válido si
corroborados, identificados y aceptados tanto por los clientes como por los
accionistas. La información contable podría servir como elemento de comparación
si, y solo si, los estados financieros cumplen los requisitos antes indicados.
En el caso que la empresa no cuente con horizontes de comparación, las métricas
de rendimiento son las que servirán como horizonte.
4. Elegir proyectos que ofrezcan mayor valor a la organización.
En el entorno de hoy, con presupuestos apretados, las organizaciones disponen
de fondos para un número limitado de proyectos.
En consecuencia, deben elegir los proyectos que les brinden el mayor valor
posible.
La definición de valor se sustenta en el rendimiento económico estimado de la
inversión más su contribución estimada al cumplimiento de las prioridades fijadas
por la empresa.
Como herramienta de soporte para la toma de decisiones, hay que establecer
indicadores de evaluación de rendimiento y riesgo. Estos indicadores deben
considerar los activos involucrados de las principales áreas funcionales y demás
áreas.
5. Recolección de información.
El momento oportuno para establecer la información requerida para las métricas
escogidas es en el transcurso de la segunda y tercera etapas. La debe
preguntarse:
¿Qué información me ayudan a determinar el resultado de un proyecto?
¿Qué información es relevante para determinar la eficacia de un proyecto?
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