L a vestimenta es
más que Moda:
Tu forma de vestir puede determinar cómo pensás
por Laura Piríz Vilaboa.
¿Sabías que la ropa que vestimos no solo habla de nosotros
mismos, sino que es capaz de influenciarnos? Así es, ella puede
condicionar nuestro rendimiento y nuestro estado de ánimo.
Cada vez más investigadores se suman a la investigación en este campo:
psicólogos, sociólogos, neurólogos, diseñadores… Sus múltiples facetas
han provocado que unos lo hayan bautizado como “Psicología de la
Moda”. No cabe duda sobre la innegable influencia que ejerce la ropa
sobre los procesos psicológicos de quien la lleva puesta.
La doctora Karen Pine, profesora de Psicología del Desarrollo en la
Universidad de Hertfordshire (Inglaterra), pidió a un grupo de alumnos que
fueran a clase vestidos con la camiseta de Superman. Esto cambió el
pensamiento de los jóvenes, al menos durante ese día. Los voluntarios se
describieron a sí mismos como más agradables y superiores al resto de los
estudiantes. Y también como más fuertes, ya que en las preguntas sobre
cuánto peso podían levantar, estos se consideraron más fuertes que los
estudiantes con una camiseta sin dibujo o con su propia ropa, cuenta la
doctora Pine en su libro «Mind What You Wear: The Psychology of Fashion».
Hay muchas maneras de las que la ropa nos influencia y una de ellas es a
través del significado simbólico que tiene una prenda de vestir.
Adoptamos las características que asociamos a esa prenda y esto tiene
realmente el poder de cambiar la forma en que pensamos y este proceso
es llamado “cognición investida”. De hecho, diversos estudios refuerzan
la creencia en este proceso. En la Universidad de Northwestern (Illinois),
hace unos años probaron que ponerse una bata de médico mejora la
capacidad de atención: los voluntarios vestidos con esta bata cometían
la mitad de errores que aquellos que iban vestidos de calle. Sin embargo,
cuando probaron a repartir a un tercer grupo idénticas prendas pero
diciendo que eran de pintor, comprobaron que perdían el “efecto” de
concentración. Así concluyeron que la sicología de la prenda está
condicionada tanto por la simbología que se da a la misma, como la
experiencia física de llevarla. Pero no fueron los primeros en llegar a esta
conclusión. En 1990 Barbara Fredrickson, profesora de Psicología en la
Universidad de Carolina del Norte, ya había descubierto en otro
experimento que las mujeres que realizaron un exámen de matemáticas
en traje de baño lo hicieron peor que las mujeres que se examinaron
vestidas con una remera.
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