Moebiana 61 - Escuela Freud-Lacan de La Plata MOEBIANA 61 | Page 9

Publicaciones objeto obturando el agujero, dificultando que la mejante, allí donde el objeto de goce le hace tope castración opere? a lo simbólico, dejaría inmerso al sujeto en una práctica de charlatanería. Cuando el analista no Sabemos que a lo real no hay que chocarlo sino logra situar el tope, el límite del saber, el análisis atravesarlo. De ahí el arte de llevar a cabo el acto queda en la insistencia simbólica y en el desplie- analítico, como acontecimiento que propicia el gue del sentido. atravesamiento, resguardando esa vacuola de goce como vacío éxtimo, permitiendo enlazar Ahora, esa extimidad propia del objeto a tam- lo real con lo simbólico, el inconsciente con su bién podemos articularla moebianamente entre agujero. la intensión y la extensión. En el caso de la angustia podemos situar la di- La Escuela de analistas es un escenario propi- mensión temporal del corte con el objeto, la an- cio para relanzar la causa por el psicoanálisis. En gustia media entre el deseo y el goce y una vez la Escuela contamos con dispositivos como el del más, es el deseo del analista el que propicia la cartel, por enumerar tan solo uno de ellos, que política, basada en la lógica de la castración. La invitan a quien se forma como analista a realizar realización de un deseo, como en el ejemplo de la experiencia, no solo del saber sino también del Freud, angustia porque se “satura” la falta, apa- no saber, ese que Lacan nombra agujero en el reciendo colmada. Y “si algo aparece en este ho- Seminario XVI cuando se refiere, al objeto a. Lo gar de la falta, entonces surge el sentimiento de define allí como “agujero que se designa en el extrañeza (Unheimlich), iniciador y aurora de la Otro cuando se lo examina en su relación con el angustia” 3 sujeto” 4 . Subrayo “agujero”. El saber de los con- ceptos se topa con el límite, así como el saber del Ubicar el objeto en el fantasma permitirá cir- inconsciente, está agujereado. cunscribir y contornear el vacío, propiciándose que el sujeto se instale como corte, corte con el Cuando Lacan se pregunta por el deseo del objeto frente a lo arrasador de un goce que ame- analista, a la altura del Seminario XI, donde el naza si no se produce el viraje hacia el deseo. La tema de fondo no era otro que el de la formación función deseo del analista resulta ser, como di- de los analistas y la cuestión de la autorización, jimos, la propiciadora de ese pasaje, productora introduce a los conceptos fundamentales, acla- de alteraciones en la satisfacción pulsional del rándonos que “sólo mediante un salto, un paso al sujeto. Y ello sucede entre interior-exterior, en la límite se realiza el concepto”. Los conceptos nos continuidad entre lo familiar y lo infamiliar que dan la posibilidad de formalizar lo real a través se presenta. Desentendernos de una cuestión se- de lo simbólico, son una respuesta, la lacaniana, 3. Nota al pie número 3. 4. Nota al pie número 4. pag. 9