Moebiana 61 - Escuela Freud-Lacan de La Plata MOEBIANA 61 | Page 20
Cita entre textos
Ese Otro auxiliador, Nebenmensch, atrave- haga de lo intolerable del otro, que en definiti-
sado por la castración, por la ley paterna, será va comparte la misma estructura de falta, algo
lo más íntimo del sujeto a la vez que extranjero. menos acuciante y amenazador.
Otro que sí ofrece su vacío, vacuola, necesaria,
para que el cachorro humano en primer lugar “Ser- vil”, extrañeza del dicho, que se ordena-
pueda ocupar, como objeto, pero sin obturar, rá en discurso en análisis, trasluce una verdad.
dejando resquicios, espacios sin cubrir, sin un Significante nuevo que emerge entre un sujeto y
encaje perfecto. Para que luego por el don de un analista, analista que desde ese lugar tan par-
amor pueda advenir sujeto en lugar de quedar ticular se ubica en función, lugar de semblante
allí petrificado como objeto, identificación pri- de objeto causa de deseo, transferencia mediante
mera mediante, para que el Otro devenga sim- y siendo parte de su síntoma como dirá Lacan 3 ,
bólico, el lenguaje significante, en tanto que no lugar que remite también a la extimidad, para
sólo goza de su objeto sino que también ama poder operar. Pero claro que si es por estructura,
y desea. Primera inscripción significante, que es porque han acontecido en los tiempos institu-
constituye a su vez lo real. yentes las operaciones necesarias para que pueda
emerger un sujeto, con lo real de un goce opaco
Vacío, Das Ding, estructural y estructurante que lo habita, tan ajeno y tan íntimo a su vez; un
del sujeto, vivencia mítica de satisfacción que decir, que irrumpe, un saber no sabido que emer-
no dejará de repetir el desencuentro nostálgi- ge, que se ordena en discurso si cada termino ocu-
co, donde se recortará ese objeto perdido para pa su lugar, lazo social que implica la castración.
siempre, extraño e íntimo; éxtimo, de Otro a En ese encuentro inédito con un analista, habrá
un otro, el objeto a resta. Lugar que deberá posibilidad de una nueva escritura que del encie-
vaciar, para luego responder con su fantasma rro haga apertura, un movimiento del soy donde
qué objeto es para el Otro, qué es lo que de- no pienso, al pienso donde no soy.
sea, con la falsa ilusión de completarlo. Como
resultado lo que al sujeto le es propio, la falta
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estructural, que le da estatuto real al objeto a,
y el goce en juego, termina siendo incompren-
sible e intolerablemente extraño del otro por
su extimidad.
El inconsciente cifra, su lectura en el análi-
sis, recorta un sujeto deseante, posibilidad de
algo novedoso, de escritura, un nuevo anuda-
miento. Donde la castración que acota goce,
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3. J. Lacan, Seminario XI, Los cuatro conceptos funda-
mentales.