es comprender el significado profundo de la naturaleza, es como
realizar un viaje mental por la mecánica esencial del cosmos.
La clave que explica la gran utilidad de la filosofía es que las le-
yes de la naturaleza son las mismas siempre con independencia
del tiempo y del espacio, por eso, un filósofo inteligente puede
llegar a comprender mediante la deducción muchas verdades so-
ciales o tecnológicas de otras épocas tanto pasadas como futuras y
aplicarlas en el presente. La filosofía no es necesariamente una
forma de adivinación, porque se centra básicamente en los aspec-
tos científicos a grandes rasgos, sin embargo es cierto que permite
conocer el universo mucho mejor que aquellos que se limitan a
investigar solo los aspectos materiales. La filosofía es importante
porque cuando nos sumergimos en ella nos convertimos en dise-
ñadores del mundo que nos rodea.
LA MIGRACIÓN DE LAS ALMAS
Hay quienes piensan que las almas después de la muerte del cuer-
po emigran a otros mundos del espacio una vez han alcanzado un
nivel superior de desarrollo espiritual. Esta creencia es en mi opi-
nión equivocada, porque considero absurdo que el planeta tierra
tenga que prescindir de aquellos seres que más nivel evolutivo
hayan alcanzado. Es como si un agricultor abandonase el campo
una vez la cosecha estuviera lista para ser recogida y dejase allí
todos los frutos de su trabajo. Porque el progreso de los seres que
viven en la tierra también es el progreso de la propia tierra y es
lógico que se beneficie de los logros que haya podido conseguir.
No tiene sentido pensar que el mundo deba evolucionar técnica-
mente, pero en cambio las almas más evolucionadas en el plano
espiritual se tengan que marchar. Ese tipo de creencias son la con-
secuencia de ver el mundo y su historia de un modo demasiado
pesimista y aunque en este mundo haya cosas rechazables tam-
bién hay muchas positivas. Por ello, lo mejor es ver el mundo
desde un término medio y considerar que el progreso irá haciendo
que cada vez sea mayor el número de cosas positivas hasta deste-
rrar el mal definitivamente de la tierra.
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