cosas, la sal es buena para potenciar la fuerza física y el azúcar es
esencial para los impulsos eléctricos del cerebro, el zumo de fru-
tas es bueno por sus vitaminas y azucares pero también por su
acidulante, ya que el ácido cítrico puede ayudar a descomponer
las grasas presentes en nuestro organismo. Para que una dieta
ideal funcione no debe ser nunca aburrida, pero si es esencial eli-
minar de ella las grasas animales y comer solo a las horas estable-
cidas para ello, de este modo será más difícil sentir hambre entre
horas.
EL EXTERMINIO DE LOS SANADORES
Pocas veces en la historia ha existido tanta diferencia entre las
apariencias y la realidad como en la persecución realizada por la
iglesia católica contra los curanderos que utilizaban el conoci-
miento adquirido durante miles de años sobre el poder curativo de
las plantas. La inquisición en un principio creada para descubrir a
falsos cristianos acabó degenerando hasta ser un instrumento de
persecución y exterminio de todo aquel que simplemente disintie-
ra de los postulados eclesiásticos. Así comenzó la persecución du-
rante la edad media de estos médicos naturalistas que eran los cu-
randeros, tal era la envidia que la iglesia les tenía que no dudo en
condenarles a muerte, pues habían cometido el delito de ofrecer a
la sociedad lo que ella no podía, es decir la curación de sus en-
fermedades, tal era su delito que no dudaron en perseguirles hasta
casi su completa extinción, muchos murieron y con ellos se lleva-
ron los conocimientos de medicina sobre remedios naturales acu-
mulados durante cientos de generaciones y transmitidos de padres
a hijos para el bien de la humanidad, además la iglesia perseguía
otro siniestro fin, apoderarse sin el menor pudor de las tierras de
quienes habían sido acusados de brujería. Estos acontecimientos
son una prueba de que no es lo mismo religión que organización
religiosa, porque lo primero es una filosofía y una forma de pen-
sar, y lo segundo es una estructura creada para utilizar la religión
como instrumento para conseguir poder, por el cual se creen en el
derecho a decir según su capricho cual es la voluntad de Dios, pe-
ro con el único fin de su propio lucro es decir con el único fin de
servir a satanás. Con el tiempo la sociedad comprenderá que no es
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