Mis ideas filosóficas | Page 36

DIOS Y MANDO Hoy en día existe una gran controversia entre la asociación que se hace entre la idea de Dios como elemento de mando universal y la disputa que al mismo tiempo existe respecto a la libertad de los individuos para decidir. Esta controversia se produce sobre todo entre los partidos políticos de izquierda porque tienden a compa- rar el símbolo abstracto de Dios con la dominación injusta de los antiguos sistemas feudales. El trauma producido a lo largo de los siglos por tantos sistemas de gobierno injustos ha dado lugar a la creencia de que es posible la subsistencia solo mediante sistemas de gobierno anárquicos o gobernados por personas procedentes de la clase obrera. Pero es necesario aclarar que en todo sistema or- ganizado es necesario un gobierno que cuente con todas las fuer- zas sociales y aquellos países que más se han esforzado por desa- rrollar un modelo de gobierno de tipo comunista han producido tiranías iguales o peores que las habidas en el pasado. Porque con frecuencia son los peores individuos de esa clase obrera los que han asumido los puestos de dirección, convirtiéndose en ejemplos de maldad en ningún caso inferiores a cualquier sistema feudal. Porque el poder con frecuencia atrae a la codicia y es absurdo pensar que el mal solo es propio de ricos y no de pobres. La ver- dad es que el mal no distingue de clases sociales y pensar que la tiranía solo es posible entre los poderosos es una creencia absur- da. Es lógico defender la libertad de elección y de pensamiento, pero también es cierto que todo sistema organizado necesita de un sis- tema de dirección, tanto si esto se refiere a un país como si se tra- ta del universo y es evidente que en todo sistema organizado es necesario que existan unas normas de funcionamiento que las par- tes estén obligadas a cumplir. Pero creer que por el hecho de que en el pasado hayan existido ejemplos de gobierno injustos, por ello hay que rechazar toda forma de mando es completamente es- túpido. Por este motivo es común en los partidos de izquierdas rechazar la religión, porque consideran equivocadamente que la existencia de unas leyes universales puede poner en duda la liber- tad del individuo, pero no comprenden que cuando se pone en du- da la existencia de un gobierno estable, con unas normas claras, se 36