Mis ideas filosóficas | Page 29

refiere a detener la inmigración ilegal, ya que por un lado se tolera como si fuera inevitable, pero al mismo tiempo se intenta limitar los derechos sociales a todos los ciudadanos. Los políticos y los empresarios nos intentan convencer de que su incapacidad para detener esa invasión migratoria les obliga a blindar los derechos sociales y reservarlos solo para quienes se los puedan pagar, pero la verdad es que permiten esa inmigración con el fin de provocar una injusta competencia con los trabajadores locales provocando la bajada de los sueldos y con ello reducirles a la esclavitud. Pero lo más lamentable de todo es que esos mismos trabajadores ob- serven impávidos como los inmigrantes ilegales les roban sus puestos de trabajo y no tengan el valor de oponerse a ello, y mien- tras tanto los ricos se mantienen en un gueto privilegiado. Por ello legalizar a estos inmigrantes es un grave error, puesto que aunque pueda considerarse lamentable su situación no deja de ser injusto frente a aquellas personas que intentan emigrar de forma legal y por lo tanto representa un apoyo a las mafias de la inmigración. Por otra parte no tiene ningún sentido consentir la inmigración en un país en el que ya existe una bolsa de parados numerosa, pues esto da lugar a un enfrentamiento innecesario entre los trabajado- res al haber más personas dispuestas a trabajar que puestos de tra- bajo disponibles y por lo tanto causa un evidente empobrecimien- to de la población. Es decir que los procesos migratorios deben estar siempre supeditados a que en los países receptores exista una oferta de trabajo para que puedan ser absorbidos sin perjudi- car al resto de los ciudadanos. Lo ideal sería que todos los países aplicaran políticas de control de la natalidad por el que su número de habitantes siempre coincidiera con el de puestos de trabajo disponibles. Por ello, lo que resulta evidente es que en un mundo que se plantea las relaciones comerciales sin barreras, lo priorita- rio no debe ser que los países desarrollados apliquen las políticas laborables de semiesclavitud que se utilizan en los países subde- sarrollados, sino exigir a esos países que si quieren comerciar con ellos deberán aplicar unas políticas comunes de ámbito mundial que garanticen unos derechos humanos y laborales justos a todos los ciudadanos del planeta. 29