camente a los poderes económicos y pase a incluir a todos los
ciudadanos en los órganos de decisión esta no podrá dejar de con-
siderarse incompleta, pues una democracia plenamente realizada
sería aquella en la que los ciudadanos pudiesen elegir todas y cada
una de las leyes de forma individual y no como ocurre ahora en
que su única capacidad de participar en el poder consiste simple-
mente en la posibilidad de elegir a sus líderes una vez cada varios
años, mientras esta situación no cambie la democracia no se podrá
considerar plenamente realizada.
EL ESTADO INMORAL
Resulta lamentable el grado de degeneración al que pueden llegar
a caer las mal llamadas democracias, pues se han convertido en
simples nidos de ladrones, pero lo más lamentable no es que esos
políticos que dicen protegernos se dediquen más a robar que a ha-
cer políticas de utilidad social, lo verdaderamente lamentable es
que se coaliguen con los delincuentes para ser todos ellos protegi-
dos por la ley. A lo largo de la historia los gobernantes siempre
han tenido el lucro como uno de sus principales objetivos pero
nunca la debilidad ante los delincuentes y el desamparo a las víc-
timas han sido tan patente como ahora. La explicación es simple y
es que los anteriores gobernantes por lo general reyes no tenían
que dar explicaciones a los ciudadanos sobre su conducta pero en
las mal llamadas democracias si, por ello, esos políticos antisocia-
les se han afanado en crear leyes con las que quedar impunes, pe-
ro al aplicárseles la misma ley que al resto de delincuentes tam-
bién ellos acaban beneficiándose de la impunidad. Un ejemplo lo
tenemos en algunos países cuyo código penal establece que aun
siendo condenas de varios siglos los criminales puedan salir con
absoluta facilidad al existir una cláusula que limita la permanen-
cia en prisión a un máximo de quince años con independencia de
la magnitud de los crímenes cometidos. No pretendo afirmar que
los delincuentes condenados a penas muy largas no deban tener
derecho a beneficiarse de reducciones de condena por buen com-
portamiento, lo que quiero decir es que esas posibles reducciones
en ningún caso tiene que ser un pretexto para liberarlos de la parte
esencial de la pena y por lo tanto de la cadena perpetua, porque
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