nos más desfavorecidos pues en cierto sentido todos eran escla-
vos, de acuerdo a las normas establecidas por el legislador Licur-
go y gestionadas por los éforos todo ciudadano de Esparta tenía
como único destino formar parte de un ejército profesional duran-
te toda su vida, y para ello eran obligados a alistarse con tan solo
siete años, incluso el Rey tenía que someterse a unas leyes estric-
tas que les obligaban a vivir casi en la pobreza y realizar siempre
sus comidas en público. Esto tenía como fin garantizar la existen-
cia de un estado militar obsesionados hasta la paranoia ante la po-
sible disidencia de una población en su inmensa mayoría excluida
de los derechos políticos y sociales. Sin embargo Esparta fue un
ejemplo de que cuando existe un proyecto impulsado por todos,
es posible que con pocos se consiga mucho, así su ejército llegó a
ser el más temido de su época y no por ser el más numeroso sino
por estar basado en la idea de que lo más importante es la unión
de todos sus miembros en una idea y raza común. La conclusión
es que la unión hace la fuerza, pero la exclusión arbitraria y sin
fundamento de unos ciudadanos en esencia iguales la destruye. En
cualquier caso quiero subrayar que desde mi punto de vista cual-
quier forma de esclavitud sea directa o indirecta es del todo re-
chazable tanto si se hace a personas de una misma cultura o raza
como si no.
LA DEMOCRACIA ATENIENSE
Pocos modelos políticos han sido tan citados en el pasado y en el
presente como el modelo democrático ateniense, surgido en la
época clásica a partir del año 508 a.C., pero pocas veces se ha di-
cho que este modelo de democracia no surgió como una iniciativa
moral destinada a favorecer el reparto del poder y a hacer más
próxima la política a los ciudadanos. La verdad es que la demo-
cracia ateniense fue la consecuencia del desplazamiento de las
fuentes de riqueza de la clásica aristocracia terrateniente hacia las
nuevas formas de industria representadas sobre todo por la poten-
te flota naval de Atenas. En la antigüedad el poder siempre iba
asociado de forma indisoluble a la posesión de tierras, pero la
paulatina aparición y desarrollo de oficios diversos como la alfa-
rería, la metalurgia o el sector naval iban provocando poco a poco
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