esas interferencias lo único que hacen es perturbar el ritmo de tra-
bajo provocando una pérdida de concentración, no se trataría de
reducir los días de descanso sino de agruparlos. De modo que la
semana ideal consistiría en cinco días laborables con turnos de
trabajo de ocho horas, o también seis días laborables con turnos
de trabajo de seis horas. Si por algún motivo fueran necesarios
más días libres estos se conseguirían cogiendo libre toda la sema-
na, es decir que el número de días libres adecuado para cada se-
mana sería aproximadamente un veinte por ciento del total y entre
15 y 30 días de vacaciones al año. Por lo tanto las actividades fes-
tivas se tendrían que realizar siempre dentro de los días libres es-
tablecidos para ello.
LA INESTABILIDAD DEL ÉXITO
Podría decirse que desde un punto de vista energético el éxito es-
taría situado en el nivel más alto pero inestable, y el fracaso en el
nivel energético más bajo pero estable, puesto que el éxito se debe
muchas veces en un cincuenta por ciento a los aciertos propios
pero en otro cincuenta por ciento a la casualidad favorable. Es de-
cir que el éxito no depende únicamente de lo que hacemos de
forma consciente y de nuestros propios méritos, sino que también
depende de aquellas cosas que no conocemos pero que casual-
mente nos favorecen. Véase sino la historia de Roma, fue grande
en muchos aspectos por sus aciertos al tomar decisiones políticas,
pero sin embargo cuando más grande era su expansión y cuando
más difícil parecía que pudiera caer sin embargo su imperio desa-
pareció, esto prueba que la capacidad que tenemos de comprender
el mundo que nos rodea solo es parcial y ese gran mundo que nos
queda por comprender nos puede jugar malas pasadas sobre todo
cuando alguien piensa que el éxito le pertenece de forma indivi-
dual. Otro gran fallo que suele ocurrir cuando se tiene éxito, es el
hecho de bajar la guardia y subestimar los riesgos, pensando que
la caída es imposible y que es cosa de otros, esto con frecuencia
lleva a cometer errores y es entonces cuando se comprende que el
éxito no es algo que dependa solo de nuestros aciertos, pues las
cosas que influyen en nosotros y que no comprendemos son más
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