los días laborables y luego trasnochar del mismo modo los festi-
vos solo nos provoca un caos en el orden interno de nuestro cuer-
po. También es importante decir que las horas recomendables pa-
ra dormir en un adulto oscilan entre las siete y las ocho horas dia-
rias, no siendo recomendable reducir esta cantidad por el perjuicio
que esto puede ocasionar a nuestro cerebro, ya que le es necesario
esta cantidad de horas para su proceso de descanso y reciclaje in-
terno. Lo ideal sería intentar en la medida de lo posible dormir
siempre esta cantidad de horas todos los días con independencia
de si es laborable o festivo y tratar de que los horarios elegidos
para ello difieran lo mínimo posible de unos días a otros. En el
futuro seguramente, las leyes tratarán de orientar a las empresas
hacia el uso de unos horarios de trabajo que se adapten lo mejor
posible a un horario ideal, de modo que se utilice el mismo tanto
si es día de trabajo como si no. Un horario ideal podría ser por
ejemplo levantarse a las siete de la mañana y acostarse a las once
de la noche o también levantarse a las ocho y acostarse a las doce.
Este horario sería utilizado siempre con independencia del día que
sea, de esta forma al no ser necesario cambiar el horario por moti-
vos de trabajo la calidad de vida sería mucho mejor. Este horario
ideal utilizaría como referencia aproximada la hora a la que ama-
nece el día del solsticio de primavera con el fin de aprovechar la
luz lo mejor posible, y se utilizaría de manera continuada durante
todo el año. Es decir, que la mejor hora de levantarse sería el tér-
mino medio entre la hora a la que amanece el día más corto y la
que amanece el más largo. También considero preferible dormir
las horas de una sola vez y por la noche que realizar siestas, por-
que dormir de día me parece poco ecológico al desperdiciar la luz
del sol. Además, nuestro cuerpo solo necesita siete u ocho horas
cada día como para que sea necesario dividirlas, por eso la siesta
únicamente tienen sentido para los niños También sería bueno di-
vidir el día en tres partes iguales, una para trabajar, otra para
tiempo libre, y otra para dormir, porque el tiempo libre no solo es
necesario en los días festivos, los días laborables también tiene
que tener su parte correspondiente. Otra costumbre que considero
equivocada es la de intercalar días festivos entre los días labora-
bles, puesto que las alternancias entre el trabajo y el descanso de-
ben seguir un ritmo estable para el beneficio de nuestra salud, y
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