una conexión directa formarían espíritus diferentes, es decir que
es como si los primeros seres se clonasen a sí mismos, del mismo
modo como lo hacen las células al dividirse, eso significa que a
partir de este instante compartirían un mismo pasado pero no un
mismo futuro. La conexión directa de las partículas que formarían
un solo ser podría estar formada por unos filamentos de materia
indivisible que uniría las partículas manteniendo un movimiento
giratorio a la velocidad de la luz, este movimiento giratorio ten-
dría como finalidad evitar la interferencia entre los filamentos ma-
teriales que conectarían las partículas entre sí, mediante este mo-
vimiento giratorio estos filamentos podrían chocar y rebasarse sin
perder en ningún momento su conexión directa al rodearse mu-
tuamente, este sistema no obstante es solo una hipótesis y caben
otras formas diferentes de plantear la forma de salvar la conexión
directa de las partículas y su relación con las demás. Es decir que
podría existir un plano en el que se expresarían las partículas en el
espacio y otro diferente para mantener unidas las partículas que
aunque separadas formarían un solo ser. Por lo tanto, todas aque-
llas partículas que pertenecieran a un solo ser, estarían conectadas
entre sí de forma directa por estos filamentos de materia u otro
modo de conexión, esto sería aplicable a todas las partículas in-
cluso a los fotones de luz. La materia del cosmos es vida, y por
ello la vida es eterna, pues la materia no se crea ni se destruye so-
lo se transforma.
Una vez que esa primera partícula se multiplicó y dividió en seres
distintos y partículas diferentes dentro de cada ser, se pasó a pla-
nificar el universo y comenzó con la gran explosión que poste-
riormente dio lugar a la formación de las galaxias. Unos seres pa-
sarían a formar los planetas y estrellas y otros que serían la mayo-
ría, pasarían a reencarnarse en los planetas como seres orgánicos.
También cabe la posibilidad que todos los planetas y estrellas
formen en realidad un solo ser y por lo tanto el resto de seres se
reencarnarían en su totalidad en los mundos para ello construidos.
Este ser que formaría los planetas, estrellas y toda la materia no
perteneciente a los espíritus individuales no sería Dios, pues Dios
es en realidad la suma de todos los seres del cosmos y las leyes
que lo gobiernan. Esas leyes universales no pertenecen a ningún
ser sino a todos porque todos han contribuido a crearlas. El hecho
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