tre la existencia y la nada, la materia y el vacío, son hechos eter-
nos ajenos al tiempo. El espíritu o el alma podrán atravesar eta-
pas, pero su naturaleza se deriva de la naturaleza eterna del uni-
verso y por lo tanto son eternos igual que él.
También hay quienes plantean la posibilidad de la supervivencia
indefinida del cuerpo diciendo que algunas formas biológicas co-
mo los árboles tienen vidas mucho más largas que las personas,
pero hay que tener en cuenta que el metabolismo de las plantas
funciona en un plano inverso al de los animales o el hombre, pues
las plantas tienen un metabolismo lento y los animales rápido, es-
ta es la causa de la diferencia en su longevidad. Una planta per-
manece toda su vida en una situación estática por lo que sufre un
menor desgaste, en cambio los animales se caracterizan por una
vida mucho más activa e intensa, lo que ocasiona que sea más
corta. Es cierto que existen algunos animales como las medusas
que parecen inmortales, pero esto es la consecuencia de su propia
simpleza biológica, porque cuanto más complejo es un organismo
más necesita de la reproducción para poderse regenerar. El pro-
blema de las personas materialistas es que son incapaces de dife-
renciar el plano material del espiritual, no comprenden que nues-
tro cuerpo solo es el instrumento que nuestro espíritu utiliza para
expresarse, por ello al morir debe ser remplazado por otro me-
diante la reencarnación. Porque en realidad todo lo que existe tie-
ne vida eterna, la materia del universo, los planetas o las galaxias
también están vivos, solo mueren por así decirlo las formas adop-
tadas por la materia, porque la vida no se crea ni se destruye solo
se transforma y nuestros sentimientos y nuestra conciencia nunca
desaparecerán, pues permanecerán indefinidamente a través de la
vida eterna de nuestro espíritu. En realidad, la muerte del cuerpo
proporciona al espíritu la posibilidad de vivir de nuevo todas las
experiencias con la mayor plenitud mediante la reencarnación,
como si cada vida fuera la primera, el aprendizaje y la experiencia
son necesarios, pero en su justa medida, porque es bueno aprender
pero también es bueno olvidar aquellas cosas que ya no son útiles,
porque todo tiene sus tiempos y sus plazos y todas las cosas que
es necesario transmitir de generación en generación ya se transmi-
ten a través de la educación y el progreso científico. Pero vivimos
en un universo cíclico que se recicla y se regenera sin parar, como
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