la función de mando. Por lo tanto la idea de la sumisión solo tiene
sentido entenderla como una cesión voluntaria de la mujer al
hombre a cambio de unas contraprestaciones, que de no darse, se-
ría lógico que ella exija la separación. El hombre inteligente es
aquel que es cariñoso con su pareja y pone interés en que ella ten-
ga todo lo que necesite, por ello la función del mando en el ma-
trimonio solo hay que entenderla como una tarea presidencial de-
mocrática y no como una dictadura. Es una tarea de colaboración
entre los dos cónyuges para sacar la familia adelante, por ello es
correcto entender que las funciones de cada sexo sean distintas,
pero también que esa asociación sea voluntaria para ambos y solo
la consecuencia de un compromiso mutuo. Porque es la naturaleza
en su gran sabiduría la que decidió que cada sexo sea distinto, con
el fin de que tengan funciones distintas en la vida, esa función en
ningún caso debe entenderse como inferior sino solo como dife-
rente. El hombre representa el sol, el centro, el mando. La mujer
representa la tierra, el agua, la espiritualidad. Ambos son la expre-
sión en forma humana da la bipolaridad del cosmos, los dos igual
de importantes, los dos con el mismo derecho a ser felices, pero
también los dos con distintas funciones en la vida. Por ello, la
idea de la sumisión de la mujer al hombre debe entenderse más
como un juego destinado a dar estabilidad al matrimonio que co-
mo algo que prive a nadie de sus derechos, pues el deber del
hombre es tener en cuenta las opiniones de su familia en todos sus
actos, y decidir entre todos las acciones a llevar a cabo de forma
consensuada. Esta debe ser una relación recíproca en la que la
mujer cede el mando al hombre, pero con la con la condición de
que este la utilice para procurar el bien de su familia, por ello la
creencia de que uno tenga que estar mejor que el otro es errónea,
pues una relación justa es aquella en la que ambos tienen que es-
tar igual de satisfechos. Es decir que el hombre debe presidir el
matrimonio pero para servir a su familia, por lo tanto la cuestión
de quien sirve a quien no deja de depender del punto de vista con
el que se mire.
El modelo matrimonial actual, inspirado en los mitos feministas,
ha llevado a una situación de enorme tensión a muchos hombres,
al crearles una permanente sensación de inseguridad, pues en caso
de separación la ley suele dar por lo general todos los bienes de la
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