no ser así evidentemente las personas de aquellas naciones que no
tuvieran creados estos sistemas sociales intentarían beneficiarse
de ellos provocando la quiebra del sistema, esto por lo tanto no es
una cuestión de solidaridad, sino de sentido común, pues es un
deber de todas las naciones crear estos sistemas sociales con in-
dependencia de su riqueza, porque la solidaridad del estado hacia
sus ciudadanos no tiene que ver con la renta per cápita sino con la
dignidad humana, y por ello quienes pasen necesidades en estos
países lo que tienen que hacer es exigir a sus gobiernos el cambio
de política en lugar de tratar de apropiarse por la fuerza de estos
servicios sociales en los países que sí los tienen. Por ello es nece-
sario que todos los países del mundo se planteen como cuestión
esencial que su número de habitantes coincida con la riqueza ne-
cesaria para mantener a toda la población y así evitar que pasen
necesidad. Esto se conseguiría mediante la creación de leyes de
control de la natalidad. Otra cuestión esencial es tener claro que
toda ayuda social debe ser siempre devuelta por parte de quien la
recibe mediante un programa de trabajo para el estado, porque de
lo contrario se estará fomentando la picaresca de aquellos que se
limitan a cobrar del estado pero negándose a trabajar. Por ello
aquellos que no acepten trabajar para el estado para devolver estas
ayudas tampoco podrán vivir de la mendicidad, porque que en un
sistema social en el que nadie está desasistido lo justo y lógico es
que la mendicidad esté prohibida.
LA MUJER SUMISA
Para que sea posible la convivencia en la pareja es necesario que
la mujer entienda que esta convivencia solo será posible si ella se
muestra sumisa al hombre, esta sumisión en ningún caso debe en-
tenderse como esclavitud, pues esta situación solo tiene sentido si
ella lo acepta de manera voluntaria. En todo barco es necesario un
capitán, y en todo gobierno es necesario un presidente, por ello,
en todo matrimonio también es necesario que exista quien realice
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