fluencia tan directa sobre el conjunto del estado. Además, este
privilegio otorgado por el estado a los nacionalistas, termina pro-
vocando un régimen totalitario y manipulador dentro de sus co-
munidades autónomas contra los no nacionalistas. Esto es eviden-
temente culpa directa de esos partidos nacionales que en su inte-
rés egoísta por obtener la mayoría parlamentaria acaban traicio-
nando al resto, pero también es culpa de un sistema proporcional
que favorece la discriminación para aquellas comunidades que no
intervienen en la formación del gobierno y por lo tanto hace lo
contrario de lo que debería hacer, que es el fomento de la demo-
cracia y la igualdad. Todo esto demuestra que la excesiva agresi-
vidad demostrada por los nacionalistas no es la consecuencia de
un supuesto maltrato por parte del estado como ellos afirman,
sino más bien por el monopolio permitido por el gobierno en sus
comunidades autónomas hasta el punto de no reconocer ni ley ni
constitución.
LA INTEGRIDAD RACIAL
La gente olvida con facilidad que el progreso de la civilización
siempre ha ido unido a la integridad de las razas, un ejemplo de
ello lo tenemos en el auge de Grecia y Roma, estas naciones se
hicieron grandes cuando eran sociedades homogéneas. Era la se-
mejanza racial lo que las hizo fuertes, y fue precisamente la ex-
pansión de la esclavitud lo que las destruyo, porque se dio priori-
dad al mercado sobre las personas, al negocio sobre la dignidad,
el mestizaje racial actuó igual que una cuña en la grieta de una
piedra, fracturándola de forma progresiva. El último ejemplo de
esto son los Estados Unidos, esta nación creció con fuerza cuando
era racialmente pura y la mayoría de sus inmigrantes eran de ori-
gen europeo, que además era en aquellos momentos la zona más
evolucionada del planeta, eso unido a su homogeneidad racial dio
como resultado un crecimiento vigoroso del estado, de hecho, la
política de aquel momento favorecía esta situación. Pero su actual
modelo mesticísta está llevando a este país a una falta de rumbo y
25