Mis ideas filosoficas 3 | Page 16

EL TRABAJO Es verdad que el trabajo nos ayuda a realizarnos como personas, pero es falso que cuanto más se trabaje en el día, sea mejor para nuestra salud, esta creencia solo lleva a convertir al hombre en un mero instrumento de los explotadores. Algún día la gente com- prenderá que además el trabajo debe ser el instrumento principal para procurar la felicidad, sea por las ganancias adquiridas o bien por el propio entretenimiento que el trabajo proporciona, pues el hombre está hecho por naturaleza para trabajar, pero por supuesto en su justa medida. Poco a poco la humanidad comprenderá que es mediante el trabajo y los recursos que la ciencia nos proporcio- na como se debe conseguir la felicidad y no por medio de las gue- rras o la violencia. También es fundamental comprender que solo en un sistema coordinado se pueden garantizar los derechos sociales, es decir que solo cuando el número de habitantes coincide con los puestos de trabajo disponibles se puede conseguir el pleno empleo, tam- bién es necesario que la tasa de natalidad sea la necesaria para ga- rantizar la renovación de la población, esta tasa equivale a unos dos hijos por pareja, por eso es necesario que los gobiernos po- tencien la natalidad cuando sea escasa, pero también la penalicen cuando sea excesiva, pues no tiene sentido tener un hijo si se ca- rece de los recursos para mantenerlo, ni tampoco tiene sentido permitir una inmigración descontrolada, que provoca una bajada de los salarios y más cantidad de parados, al ser el empleo limita- do. También es necesario comprender que si tanto el hombre co- mo la mujer se dedican a trabajar nadie se va a ocupar de tener y criar a los hijos, el pensamiento feminista tal y como está plantea- do en la actualidad es completamente erróneo, pues propone que la mujer ideal es aquella que tiene como máxima meta emular a los hombres, y por ello el interés por la natalidad está siendo substituida por el afán de lucro y prestigio social en el mundo la- boral, esta forma de pensamiento está llevando a la sociedad occi- dental a su propio auto-exterminio. Por ello, es necesario com- prender que el hombre y la mujer deben ser complementarios y no competir en las mismas funciones sociales, porque fue la natura- 16