en parte por los nuevos descubrimientos científicos. Es necesario
dudar, sobre todo de una sociedad como la actual, en donde la
mentira forma parte constante de sus actividades cotidianas, pues
con tantos políticos y medios de comunicación utilizando la men-
tira o las medias verdades para conseguir el control sobre los ciu-
dadanos es fundamental mantener la duda sobre todo lo que nos
dicen. Es bueno tener principios y convicciones, pero también es
necesario no obsesionarse con ellos y aceptar que se puede estar
equivocado, sin tener esto claro es muy difícil estar preparado pa-
ra adaptarse al progreso.
La duda debe estar por encima de cualquier creencia mito o reli-
gión, pues es frecuente encontrarse con quienes afirman tener la
razón absoluta usando como prueba escritos hechos en el pasado
por supuestos seres divinos, pero ¿cómo podemos saber que tales
escritos pertenecen verdaderamente a un ser superior? ¿Y cómo
podemos saber si aun siendo cierta tal afirmación los escritos no
han sido modificados o malentendidos por quien los escribió? So-
lo un estúpido renuncia a su derecho a dudar y se pliega a las in-
terpretaciones de otros sin más análisis de las cosas, porque por
muy divinas que nos parezcan las ideas escritas en los libros reli-
giosos eso no es motivo para renunciar a nuestro propio juicio y a
nuestra capacidad de duda, sobre todo cuando es evidente la can-
tidad de intereses creados por tantos impostores que se creen in-
termediarios entre Dios y los hombres. No es que no existan las
verdades absolutas lo difícil es saber cuáles son, por ello la duda
tiene que ser una herramienta esencial en cualquier sociedad evo-
lucionada. Los líderes religiosos recurren al argumento de la fe
con el fin de controlar la mente de sus seguidores, pero esta no es
más que una maniobra mental para privar del derecho a pensar
libremente, la fe nunca debe ser un argumento para perder la li-
bertad de pensamiento en favor de esos impostores.
Otro ejemplo de como la duda trata de ser substituida por el dog-
ma son las sectas destructivas, una de sus características principa-
les es la arrogancia con la que plantean sus postulados, es decir
que para sus adeptos sus creencias son consideradas hechos cier-
tos, mientras que las creencias de los demás son tratadas como
simples hipótesis, todo ello porque pretenden utilizar sus supues-
tos conocimientos como una especie de arma arrojadiza con la
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