que situarse por encima de los demás, es decir que se plantean el
conocimiento como un instrumento de poder, con el que esperan
que los demás se sometan a sus pretensiones, como si el conoci-
miento fuera de su propiedad, en lugar de ser simplemente algo
enriquecedor, esta es sin duda una de las formas más viles en las
que se puede plantear la adquisición de conocimientos, niegan pa-
ra sí la duda que exigen a los demás porque están imbuidos de
vanidad. La verdad es que a estos impostores la religión les trae
sin cuidado y solo se sirven de ella con el fin de obtener poder.
Solo la duda nos permite ser mentalmente libres, por lo tanto
aquellos que pretenden hacernos creer que sus creencias son cier-
tas sin ningún espacio para la duda, lo que demuestran es su pro-
pia mediocridad y nos dan una razón inequívoca para distanciar-
nos de ellos.
El SOL INTERIOR
En realidad todo hombre es parte de Dios, todo hombre tiene una
capacidad creadora y todo hombre tiene un espíritu que posee vi-
da eterna, sin embargo a lo largo de la vida cósmica es necesario
vivir muchas vidas en las que es necesario olvidar para poderse
regenerar.
Por ello, es necesario que cada hombre desarrolle su capacidad
creadora empezando por dudar de las falsas verdades que los co-
diciosos nos intentan imponer. Porque en realidad Dios no es otra
cosa que la suma de todos los seres que existen en el universo y
de las leyes naturales que lo rigen, leyes que emanan de las ver-
dades universales que están fuera del tiempo y que forman la
esencia del universo. El proceso de evolución de los seres vivos
lleva indisolublemente a comprender esta verdad y a partir de ese
momento el hombre comienza a dudar de las mentiras que le ro-
dean y entonces su alma es libre por primera vez, porque solo
cuando se comprende que todos somos parte de Dios se comienza
de verdad a comprender que nuestro futuro depende de nuestro
propio esfuerzo y solo entonces el hombre es capaz de despren-
derse de esos parásitos que nos roban nuestra libertad mental au-
toproclamándose portavoces de Dios. Es necesario por lo tanto
desarrollar ese sol interior, esa capacidad de iniciativa propia y
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