divinos, pues divinas son únicamente aquellas cosas que por cier-
tas están en consonancia con las verdades universales, las perso-
nas en cambio pueden equivocarse. Pero las organizaciones reli-
giosas tan solo persiguen el poder y por ello encumbraron hasta lo
ilimitado a estos personajes con el fin de encumbrarse a sí mismas
e imponer al mundo una dictadura religiosa, que gran hipocresía
es autodenominarse infalible, como hace el papa de Roma. La
esencia del cristianismo es buscar el bien y no el poder como ha-
cen ellos, la religión ideal es aquella que no depende de ninguna
organización religiosa, sino que es organizada por el estado y las
asociaciones de padres en los colegios, también es importante re-
cordar que el hecho de que las organizaciones religiosas hayan
desprestigiado la religión, no significa que no tenga un sentido,
pues más bien es lo contrario, no es posible crear un mundo evo-
lucionado si al mismo tiempo no es profundamente moral. En mi
opinión, la religión del futuro será aquella que recoja los aciertos
de todas las religiones, como por ejemplo la defensa del huma-
nismo y la vida eterna defendida en el cristianismo o la existencia
de la reencarnación propuesta en el budismo, la dictadura mental
que se pretende imponer con los dogmas religiosos tan solo es un
obstáculo al progreso de la filosofía y por ello tales organizacio-
nes deben desaparecer, el mundo lo que necesita es una religión
no una organización religiosa, pues el objetivo de estas es obtener
el poder compitiendo con los gobiernos. El mundo del futuro no
será diferente por tener un mayor nivel tecnológico, tampoco por
disponer de más energía, será diferente por tener un sólido código
de valores que considere la verdad y la justicia como sus princi-
pios fundamentales.
LA DUDA
En mi opinión, una de las características del hombre del futuro
será su capacidad para dudar de todo, pues solo mediante la capa-
cidad para dudar es posible progresar, no pretendo decir con esto
que en el universo no existan las verdades absolutas, sino que el
hombre, en sus limitadas posibilidades, tiene muy difícil estar se-
guro de cuáles son esas verdades, se pueden suponer, pero con el
tiempo algunas de esas convicciones se ven modificadas en todo o
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