Mis ideas filosoficas 2 | Page 87

zaciones religiosas se abriesen a lo que cada ciudadano pudiera aportarles para su progreso en el campo ideológico, por ello lo justo sería que aceptasen que los fundadores de sus religiones por muy respetables que fueran sus ideas solo eran hombres y a me- nos que se demuestre lo contrario sus ideas pueden y deben ser mejoradas, como ocurre con el resto de los hombres. UN NUEVO CRISTIANISMO El mundo del futuro necesitará una nueva religión basada en la verdad y la libertad de pensamiento y no en el dogma impuesto por las organizaciones religiosas, una religión que aúne filosofía y ciencia, teniendo la justicia y la convivencia como sus principios fundamentales, la religión no puede ser algo estático, pues debe evolucionar como el resto de las ciencias, encumbrar a los perso- najes religiosos tan solo es un obstáculo que impide su progreso, es necesario que todos puedan participar en su desarrollo por el bien de la humanidad. A lo largo de la historia las organizaciones religiosas se han limitado a servirse de estos personajes con el único objetivo de obtener poder y dinero, y para que nadie cues- tionase sus ideas impusieron a los ciudadanos la creencia de que la religión es algo inmutable y sus fundadores infalibles, tales afirmaciones además de falsas constituían un grave atentado con- tra la libertad de pensamiento pues no dudaron en perseguir y ma- tar a quienes no estuvieran de acuerdo con ellas. Ese comporta- miento no solo fue un acto contra los derechos humanos, sino que fue precisamente lo contrario de lo que muchas de ellas predican, es decir un acto maléfico más en consonancia con satanás que con la filosofía cristiana. Esos líderes religiosos tan solo utilizan la re- ligión en su propio beneficio olvidando el motivo por el que fue creada, por ello es un error culpar a los precursores de las religio- nes de los crímenes de quienes dicen representarles, pues son unos impostores. Es justo reconocer el mérito a los personajes re- ligiosos como Jesús o Buda, pues hicieron un gran esfuerzo en la defensa de la paz y la convivencia, además de contribuir al pro- greso de la humanidad en el campo de la filosofía, pero también es justo reconocer que eran hombres como los demás, excepcio- nales ciertamente por su inteligencia e intuición, pero no por ello 87