Mis ideas filosoficas 2 | Page 80

con ninguna organización que limite la libertad de pensamiento, siempre se pueden encontrar amigos o una orientación filosófica sin tener que depender de tales organizaciones. También resulta patético ver como algunos partidos políticos se coaligan con las organizaciones religiosas para aumentar su poder, estos partidos dan a estas organizaciones poder y dinero y a cambio ellas les proporcionan la coartada para ocultar sus crímenes, pero tampoco son mejores quienes por oponerse a estas organizaciones atacan a la religión, pues confunden una cosa con la otra, porque toda so- ciedad necesita de un código de valores morales para poder vivir, lo que no necesita son unas organizaciones que se sirven de la re- ligión como excusa para ejercer el control mental sobre los ciuda- danos. LOS IMPOSTORES Resulta lamentable que en este mundo existan tantos impostores, como por ejemplo en el caso de quienes escriben sobre ufología, ¿es que no tienen el valor de reconocer cuando una afirmación es un hecho real y cuando es el producto de su imaginación? Por su culpa los hechos auténticos son considerados falsos y los falsos auténticos, justo lo que conviene a quienes intentan ocultar la ver- dad, estos sinvergüenzas acusan a los científicos oficiales de ser simples en sus conclusiones, pero al menos esos científicos no engañan a la gente como hacen ellos, estos individuos solo buscan el lucro utilizando la mentira para conseguirlo, sería más honesto si se limitaran a escribir novelas de ciencia ficción antes que en- gañar a la gente, estos individuos no tienen dignidad y por ello los ciudadanos deberían mostrarles su más profundo rechazo. Pero lamentablemente vivimos en una sociedad mezquina de una época mezquina, una sociedad en la que la ley no persigue delin- cuentes sino que persigue nóminas, un delincuente puede ser juz- gado por robo con amenazas y sin embargo ser soltado tras el jui- cio sin castigo alguno solo por ser insolvente, mientras que al mismo tiempo otro ciudadano ser condenado por cosas irrelevan- tes a multas enormes simplemente por tener una nómina. Este es un acto de suprema negligencia por parte de quienes hicieron la 80