ra los demás, la vida no tiene por qué ser solo meditación, tam-
bién es correcto realizar aquello que uno ha soñado.
LA VANIDAD DE LAS SECTAS
Lo verdaderamente lamentable de las sectas destructivas es que
hacen creer a sus adeptos que son mejores que los demás solo por
el hecho de pertenecer a ellas, inflan su ego de forma que esa va-
nidad se convierte en el principal obstáculo para dejarlas, porque
de plantearse tal supuesto sería traumático reconocer que no solo
no se es mejor que los demás, sino que además se ha sido lo bas-
tante estúpido como para pensar que se es mejor solo por el hecho
de servir a la secta y sin haberse molestado nunca por demostrar
la veracidad de los postulados planteados por el líder, es decir que
acaban siguiendo a la secta porque esta no hace otra cosa que ha-
lagarles, pero con el único fin de utilizarles. Al final el adepto
termina dando más importancia al hecho de creerse mejor que los
demás tras haber memorizado sus postulados que a preguntarse
por el sentido de estos, y no es que estos postulados no puedan ser
ciertos en parte, pues lo más peligroso en estas organizaciones no
son sus ideas sino el afán del líder por ser considerado como un
ser incuestionable. Estas personas se caracterizan por tener un
afán de poder ilimitado, pues en realidad tienen la mentalidad de
un dictador o un tirano, lo grave es cuando se ponen a sí mismos
el calificativo de infalibles con el fin de negar a los demás el de-
recho a usar su capacidad de raciocinio.
Muchas personas se preguntaran ¿pero entonces qué diferencia
hay entre una religión y una secta destructiva? es cierto que mu-
chas organizaciones religiosas ampliamente extendidas como el
catolicismo utilizan métodos propios de las sectas destructivas,
pues al igual que ellas exigen la obediencia absoluta y niegan a
sus adeptos el derecho a disentir, encumbran a sus personajes re-
ligiosos calificándolos como santos o divinos solo para dificultar
un análisis objetivo y científico de ellos, y así tener un control ab-
soluto sobre sus mentes, secuestrando su libertad de pensamiento.
Por este motivo es importante separar el concepto de religión de
organización religiosa, pues una religión es un conjunto de ideas
78