Mis ideas filosoficas 2 | Page 68

y psicópatas que solo les pueden causar perjuicios, ellos buscan el mal para otros y estúpidamente se lo provocan a sí mismos, pues las leyes espirituales no son como las leyes humanas y esos espí- ritus no pueden actuar en el mundo como ellos quisieran. Porque cuando un espíritu pierde su cuerpo también pierde su capacidad para influir en el mundo material, excepto en casos muy excep- cionales. Ellos creen ingenuamente que si pactan con espíritus sus acciones no pueden tener consecuencias, pero tienen que pensar que en el universo todo tiene su acción y su reacción y si ellos buscan el mal para otros recurriendo al mundo de los espíritus ló- gicamente ese mundo también tendrá quienes les pidan responsa- bilidades por sus actos. LOS ÁNGELES DE LA GUARDA Mucha gente cree que existen espíritus superiores que durante nuestra vida nos acompañan para guiarnos en nuestra evolución espiritual, en mi opinión esta creencia es equivocada, porque con- sidero innecesario que un espíritu tenga que dejar de vivir su pro- pia vida para ocuparse de otra. Sin embargo, si es posible que los espíritus de personas fallecidas en especial de nuestros propios familiares nos acompañen para ayudarnos durante el tiempo que tarden en volverse a reencarnar. También es posible que entidades extraterrestres o espíritus superiores realicen funciones de guía en situaciones excepcionales. Estas funciones de guía no se harían a todas las personas, porque se trataría únicamente de situaciones en las que tendría sentido esta dedicación exclusiva por la gran utilidad que tendría para el bien de toda la humanidad. EL FALSO DIOS Hoy en día, mucha gente reniega de Dios diciendo que no existe y que de existir debería intervenir en la vida humana, pero ¿estarían los ciudadanos dispuestos a perder su libre albedrío a cambio de un orden impuesto por seres superiores? La respuesta con toda seguridad es no. Puesto que en tal caso se viviría en una dictadu- ra, es necesario que el mundo alcance la verdad que les haga li- bres a través de su propio libre albedrío. 68