Mis ideas filosoficas 2 | Page 67

También me parece sorprendente que haya personas que creen que para que se pueda producir un progreso moral es necesario que existan seres dedicados únicamente a hacer el mal, con el fin de que las personas se vuelvan más precavidas. Es que no com- prenden que para equivocarse no es necesaria la ayuda de nadie, ya que para eso se basta uno solo. Porque la verdad es que quien actúa con egoísmo lo hace por su propio interés y no para ayudar a nadie. Además, que triste seria la vida de esos hipotéticos seres superiores, si todo su tiempo lo tuvieran que dedicar a hacer el mal. Creo que ya es bastante difícil la evolución con todos sus errores, como para que encima tengan que existir seres dedicados a esa patética finalidad. Por este motivo lo lógico es considerar que solo tiene sentido la existencia del diablo, como personaje simbólico, para representar a aquellos seres que cometieron el error de elegir el mal como conducta fundamental de su vida, pero sin que represente a un ser en sí mismo. En realidad, el demonio o el mal que es lo mismo, es en esencia de origen psicológico, pues se podría definir como la conducta vanidosa cuando se convierte en la característica principal de una persona o de un espíritu y únicamente le crea problemas al darle una visión irreal de las cosas. Por eso, al demonio hay que des- truirle y eliminarle de nuestra mente y de la sociedad, puesto que quien pretende tratar con el mal de forma débil, únicamente le da opciones de crecerse, con el mal no se puede actuar con ambigüe- dad, hay que destruirlo por completo. Es necesario defender el bien como eje de nuestro ser, porque si se es ambiguo al respecto el mal crece y destruye a quien lo lleva. Una persona sensata debe ser buena con las personas buenas, pero también enérgica con las malas, porque solo los estúpidos son buenos con las personas malvadas, no debemos confundir justicia con debilidad. Porque la defensa propia no solo es un derecho, sino también el pilar en el que se asienta todo orden social. Lo cierto es que el destino de to- dos los seres es orientarse hacia el bien, porque es la única forma de poder convivir con nuestros semejantes y así alcanzar la felici- dad. También es lamentable que existan quienes invocan al demonio esperando obtener beneficios de ello, esta gente no comprende que cuando hacen eso solo atraen hacia si a espíritus de criminales 67