Es como si el universo tuviera dos dimensiones básicas en lo que
se refiere a sus leyes, una rígida y otra elástica una vertical y otra
horizontal. Las verticales serían las estables que determinan el
ritmo de progreso universal y las horizontales serían las que están
sujetas a nuestros gustos personales. Hay que tener en cuenta que
las leyes universales no son propiedad de nadie ni le dan a nadie
la capacidad de ejercer un mando sobre los demás de forma ex-
clusiva o indefinida, porque estas leyes son simplemente la con-
secuencia de la verdad esencial e ineludible a la que todos los se-
res se tienen que someter por igual y en el desarrollo de esas leyes
todos participamos unas veces de forma más directa y otras veces
no, pero nadie se puede considerar dueño de ellas.
A partir de aquí la pregunta sería: ¿Entonces cuáles son esas leyes
primordiales? La respuesta es simple esas leyes existen y estamos
en contacto con ellas continuamente pero lo difícil es estar seguro
de cuáles son y cuáles no, cuáles son los valores cósmicos verda-
deros y cuáles los falsos, porque la naturaleza nos permite elegir
entre distintas opciones, pero si nos equivocamos sufrimos las
consecuencias al chocar con esas leyes cósmicas que son necesa-
rias para que el universo funcione. Por ello debemos buscar la
verdad y no obsesionarnos con los tópicos o las ideas preestable-
cidas, es necesario dudar de todo y razonar todas las cuestiones
incluyendo las creencias religiosas más arraigadas y no porque
esas creencias tengan por qué estar equivocadas, sino por el hecho
de que lo puedan estar. Cuando un hombre defiende algo no por-
que tenga sentido sino porque lo dijo un líder religioso en la anti-
güedad renuncia a su propio albedrío y a su capacidad de juicio.
No hay que olvidar que aunque ese líder religioso tuviera buenas
intenciones eso no garantiza que sus creencias sean ciertas en to-
do, la afirmación tan utilizada por las organizaciones religiosas de
que es un ser divino y por lo tanto infalible no es más que una
presunción y no una prueba y es utilizada por ellas como forma de
coacción para adquirir poder tratando de impedir la capacidad de
análisis y discusión de los ciudadanos.
Por lo tanto, debemos usar la capacidad que la naturaleza nos da
para buscar la verdad, dudando de los tópicos religiosos con el fin
de mejorarlos, pero no porque se considere que esas creencias son
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