ello debamos destruir nuestro propio patrimonio racial y cultural a
través del mestizaje. Todas las razas tienen derecho a vivir en li-
bertad, pero eso no significa que el mestizaje ayude a tal fin sino
todo lo contrario, hoy en día es tabú hablar sobre esta cuestión,
los mesticistas afirman que no es correcto oponerse al cruce de las
razas porque según ellos todas ellas forman parte de una misma
especie, pero. ¿Si se diera el caso de descubrir una especie huma-
na más atrasada en una isla desierta, también mantendrían la bár-
bara pretensión de permitir el cruce de esta con la humanidad ac-
tual y destruir con ello el fruto de miles de años de progreso gené-
tico? Porque de oponerse estarían reconociendo que las diferen-
cias en el progreso racial son posibles, y por ello rechazar el mes-
tizaje es defendible sin que esto suponga un afán de perjudicar al
resto de las razas. Por ello considero un error oponerse a quienes
defienden de forma pacífica el rechazo al mestizaje o la superiori-
dad racial, pues esta ola de apoyo al mestizaje actual no persigue
más que condescender con un nuevo imperialismo que pretende
justificarse afirmando que su rechazo a los nazis les legitima, pero
que en realidad solo persigue los mismos fines imperialistas.
También se equivocan quienes se limitan simplemente a condes-
cender y justificar el nazismo de la segunda guerra mundial, pues
ese tipo de ideología solo podrá evolucionar si son capaces de ale-
jarse del enfoque propuesto por Hitler y reconocen el derecho de
todas las razas a vivir libremente, pues el tan solo se sirvió del
movimiento en pro de la defensa de la integridad racial porque
creía que podía favorecer sus intereses nacionalistas, pero eso no
significa que esa línea de pensamiento sea en sí mismo mala, los
nazis en realidad solo buscaban el poder y crear en Alemania una
dictadura y no dudaron en mentir y utilizar cualquier cosa que pe-
les pudiera favorecer, se dejaron llevar por el extremismo y eso
fue un grave error, pero eso no significa que por ello estuviesen
equivocados en todo, como las potencias vencedoras quisieron
hacernos creer. El gran error que se cometió después de la segun-
da guerra mundial fue creer que la defensa del humanismo y el
respeto a los derechos raciales implicaba forzosamente la acepta-
ción del mestizaje, y tal cosa no es cierta.
En realidad, cada raza es diferente como consecuencia de su adap-
tación a los distintos climas de la tierra, y ya solo por esto resulta
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