justificado oponerse al mestizaje de las mismas, pero también es
necesario decir que son precisamente esos climas agresivos los
que provocan la existencia de razas mejores y peores, porque la
perfección es la consecuencia de encontrar el equilibrio adecuado
en cada cosa y en la cuestión racial la raza europea representa ese
equilibrio por haberse desarrollado en el clima más ideal. En el
futuro, todas las razas terminarán siendo iguales, pero no por ex-
terminios, ni tampoco por mestizajes, sino por ser la consecuencia
de la propia evolución de las mismas, llegará un día en que el
progreso de las ciudades permitirá crear un clima ideal en todas
ellas y en consecuencia estimulará el desarrollo de las razas hasta
hacerlas iguales, pero hasta que ese momento llegue es absurdo
destruir el patrimonio racial con el mestizaje. Es necesario fomen-
tar la convivencia fraternal entre todas las razas, pero eso no sig-
nifica que esté bien que estas se mezclen o mesticen. El progreso
de la humanidad se basa en avanzar del caos al orden, de la oscu-
ridad hacia la luz, y eso solo será posible si se respeta la decisión
de la naturaleza de dividir la especie humana en razas diferentes,
pues esa división también representa el progreso.
EL DILEMA DE ALEMANIA
Resulta lamentable ver como hoy en día los alemanes se dividen
entre quienes se declaran a favor de las potencias vencedoras de la
segunda guerra mundial y por lo tanto en contra del nazismo, y
quienes se declaran en contra de los vencedores de la guerra y en
consecuencia a favor de los nazis, pues ambas posturas son equi-
vocadas. Hay muchas personas que piensan que la única forma de
defender su libertad es apoyando a los nazis sin comprender que
precisamente fueron estos los que entregaron a su país a las po-
tencias extranjeras, alaban a Hitler como si fuera Dios conside-
rando antipatriota a todo aquel que le critique, pero si se toman la
molestia de conocer la historia comprenderán que Hitler no fue el
genio militar que ellos creen, pues su único éxito durante la gue-
rra fue la conquista de Francia, pues todo lo demás fueron fraca-
sos y sus supuestos éxitos fueron en realidad concesiones que las
naciones occidentales le dieron con el fin de evitar la guerra, pero
su política fue completamente errática. Su primer gran error fue
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