Los
prebióticos
son
principalmente
carbohidratos que no pueden ser digeridos por el
intestino delgado y son fermentados por la
microbiota del colon. De esta forma favorecen la
proliferación de bacterias intestinales como son
las Bifidobacterias y los Lactobacilos. Los
principales
prebióticos
utilizados
en
alimentación son los fructo-oligosacáridos (FOS)
y la inulina. Los FOS están incluidos de forma
natural en especies vegetales como los
espárragos, puerro, ajo, alcachofa, achicoria y
cebolla. La inulina se encuentra en alimentos
como trigo, cebolla, ajo, puerro y plátano.
Estos preparados de probióticos y prebióticos:
1. Proporcionarán una barrera frente a
microorganismos patógenos con lo que
protegerían frente a la diarrea infecciosa
y la asociada a antibióticos.
2. Mejorarían la absorción de nutrientes
como el calcio, potenciando la
mineralización de los huesos.
3. Por su indigestibilidad, pueden ser
considerados como una forma de fibra
soluble, contribuyendo a disminuir la
consistencia de las heces, mejorando así
el tránsito gastrointestinal, y reduciendo
la formación de sustancias cancerígenas
y, por último.
4. Por su efecto modulador del sistema
inmunitario, podrían mejorar y prevenir
procesos alérgicos como la dermatitis
atópica.
La microbiota intestinal se define como el
conjunto de comunidades de microorganismos
vivos que colonizan el intestino [10]. Se estima
que el tracto gastrointestinal está colonizado por
unos 10 14 microorganismos pertenecientes a más
de 1.000 especies de tres Dominios –Eukarya,
Archaea y Bacteria–, en su mayoría
pertenecientes al Dominio Bacteria [11]. Durante
los últimos años dos grandes proyectos llevan a
cabo la tarea de descifrar la estructura y
funcionalidad de la microbiota intestinal humana,
así como su relación con enfermedades.
Los probióticos y prebióticos en la obesidad y
las alteraciones del metabolismo
Una investigación realizada con ratones a los
cuales se les administró una leche fermentada
con Lactob acillus gasseri SBT2055 redujo el
tamaño de los adipocitos del tejido adiposo
mesentérico y aumentó su número en el tejido
adiposo retroperitoneal y mesentérico, y redujo
los niveles de leptina en suero, lo que sugiere un
efecto en la regulación del crecimiento del tejido
adiposo y, posiblemente, en la obesidad.
Algunos
prebióticos,
como
los
fructooligosacáridos derivados de la inulina,
también han ejercido efectos beneficiosos sobre
la ingesta y diversos parámetros metabólicos e
inmunológicos. En modelos animales, los efectos
beneficiosos de la oligofructosa se han
vinculado, en parte, a los productos de su
fermentación por la microbiota del colon,
responsable de la generación de ácidos grasos de
cadena corta, como el ácido butírico. El ácido
butírico parece promover la diferenciación de
células L en el colon proximal y aumentar así la
síntesis de GLP-1, lo que puede favorecer la
sensación de saciedad.
Entre los estudios realizados in vivo en humanos,
podemos mencionar la valoración de los efectos
de la administración de un producto probiótico
que contenía la cepa Lactobacillus plantarum
299v a fumadores durante 6 semanas, que
condujo a la disminución de la presión arterial
sistólica, la leptina y el fibrinógeno en suero, y,
por tanto, del riesgo cardiovascular. No obstante,
también se han realizado estudios de intervención
UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE CUNDINAMARCA
Facultad ciencias de la salud
Bacteriología y Laboratorio Clínico