Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 581
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Gran Madre Binah!
¡Tú Piedad, tu Piedad!
¡Lava la Tierra con lejía de Jehová!
– ¿Qué ves ahora?
–La lejía cae a la Tierra. Dos Jabalíes Blancos surcan el Cielo de Este a Oeste
anunciando a viva voz: “¡La Peste, la Peste!” Todo cuanto toca la lejía perece: ¡la Tierra se
convierte en Desierto de Piedras! Sólo sobreviven ciento cuarenta y cuatro mil que
pertenecen a la Casa de Israel: pero estos huyen del Desierto y se refugian en un valle, que
luego será inundado por la lejía. ¡Y el Dragón, y los Jabalíes, se enfurecen porque aún
quedan las Piedras del Desierto, porque la lejía no las ha calcinado y disuelto como al resto
de los seres vivientes!
– ¿Qué ves ahora?
– ¡El Dragón envía entonces al Cordero custodiado por sus hermanos, los Jabalíes
gemelos, a pacer a la Tierra! ¡Pero la Tierra está estéril y el Cordero desfallece entre las
Piedras, sin poder alimentarse!
– ¿Qué ves ahora?
– ¡El Dragón, dueño de terrible ira, maldice a las Piedras y al Desierto de Piedras! ¡Y grita
que buscará al Cordero antes que el Desierto le cause la muerte!
– ¿Qué ves ahora?
– ¡La inmunda lejía caída del Cielo, y la mugre que consiguió arrancar de la Tierra, se
escurrieron hacia un valle, al Este del Desierto de Piedras, y formaron un gran mar! ¡Edén y
Paraíso, son los nombres de ese mar; y Tártaro y Tharsis, son los nombres del Desierto de
Piedras!
– ¿Qué ves ahora?
– ¡El Desierto ha empujado al Cordero hacia su orilla, que es asimismo la orilla del mar de
lejía! ¡El Dragón, en el Cielo, vuelve a gritar que auxiliará a su hijo, quien se halla entre el Edén
y el Tártaro!
– ¿Qué ves ahora?
–Los mil ojos del Dragón, brillantes como Soles, se concentran sobre el Desierto de
Piedras y las Piedras padecen mortal sofocación. ¡La mayoría de las Piedras se ablandan y
derriten, y el Desierto se torna un enorme lago de lava hirviente: sólo las Piedras más duras
permanecen en su sitio, manteniendo con tenacidad su forma separada!
– ¿Qué ves ahora?
–¡Un terrible clamor se eleva desde el Desierto y sube más allá del Dragón: las Piedras
reclaman al Incognoscible ayuda contra el Cordero, y contra la Madre del Cordero, el Dragón
Binah, que les ha volcado lejía de Jehová y les ha quitado la Tierra, y pretende calcinarlos en
el Desierto por no servir para alimento del Cordero!
– ¿Qué ves ahora?
– ¡Apareció una Señal en el Cielo: una Virgen, más Negra que la Noche, y con la luna
bajo sus pies, y luciendo una Corona de Trece Estrellas Increadas! ¡Es la Virgen de Agartha
que vino a socorrer a las Piedras, en Nombre del Incognoscible!
– ¿Qué ves ahora?
–El descenso de la Virgen produce como un manto de negrura refrescante sobre el
Desierto, que se había transformado en lago de lava ardiente, y trae inmediato alivio a las
Piedras. ¡La Presencia de la Virgen refresca y endurece nuevamente a las Piedras, porque se
interpone con su oscuridad ante los mil ojos candentes del Dragón! Y la Virgen porta una
espiga en la mano; y va dejando caer los granos sobre el Desierto de Piedras; y las Piedras
que reciben el grano se vuelven inmunes al Fuego del Cielo, ya no pueden ser ablandadas, y
quedan señaladas con una Marca, un Signo único que significa lo negro, lo duro y lo frío. Y la
Marca de la Virgen se llama “Signo del Vril”.
– ¿Qué ves ahora?
–Ahora el Cordero está perdido entre las Tinieblas y la Dureza, y la Frialdad de las
Piedras. Y llama con desesperación a su Madre, el Dragón Binah, porque las Piedras
amenazan con estrangular su garganta sumergirlo en el mar de lejía.
– ¿Qué ves ahora?
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