Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 566
¨El Misterio de Belicena Villca¨
muerto tú te habrías suicidado: ¿qué puede ser peor que aquello? ¿O que lo que nos ocurrió
después, cuando los Demonios exterminaron a nuestra Estirpe? Sí tío Kurt, te lo ruego: ¡por
una vez en la vida afloja un poco tu tozudez!
–Aguarda un momento –me interrumpió– que no es para tanto. No debes exagerar. Me
parece justa tu proposición y la acepto de buen grado. Me valdré nuevamente del Scrotra
Krâm, que ciertamente nunca usé desde la Segunda Guerra, y procuraré indagar la Voluntad
de los Dioses. Es sólo que me cuesta siquiera concebir la utilidad de tu plan: los Inmortales
no pueden morir. Pero quizás tengas razón, por sobre todo, y haya en verdad que realizar tu
demencial idea. Ahora ¿me podrías confirmar con detalles lo que mi intuición ya me ha hecho
ver, para que no surjan dudas sobre lo que he de consultar?
¡Lo había convencido! ¡El pájaro estaba en la bolsa! ¡El chivo había caído en el lazo! Me
estremecí de alegría, pero no hice ni un gesto que delatara mi estado de ánimo, que era
comparable al de Cicerón cuando convenció al Senado de que Roma debía guerrear con
Cartago: si él captaba mis pensamientos era algo, que no podía evitar, más trataría de no
hacer nada que pudiera ofenderlo. Aunque él no perdía oportunidad de señalarme que mi plan
sólo podía proceder de un demente.
–Estratégicamente –expliqué– mi plan se basa en el principio de las dos Realidades que
te mencioné antes. Más claramente, afirmo que los Demonios, para atacarnos, han debido
descender al plano de la Realidad Humana y eso los ha tornado vulnerables en dicho plano.
No es mucho ¿pero, qué más podemos pedir? La Sabiduría Hiperbórea enseña que la
naturaleza del miedo es esencialmente animal, vale decir, anímica, humana, propia del Alma
Inmortal; contrariamente, el Espíritu Eterno es puro valor, no conoce el miedo, que le es
esencialmente ajeno. Ahora bien: Bera y Birsa son dos Almas Inmortales altamente
evolucionadas, pero la naturaleza del miedo no les es ajena por el contrario, deben ser
capaces de sentir miedo, y mucho; ¿cuándo? cuando sean superados por la fuerza Eso es
porque, como toda esencia anímica, sólo entienden un lenguaje: el de la fuerza Claro, Ellos
son conscientes de su propia fuerza, y por eso no temen a un enemigo que saben inferior en
fuerza, como están los Espíritus encadenados a la Materia, como son los hombres
espirituales. Por eso tienen razón en no temer a los hombres si Ellos mismos son
superhombres; y es cierto que representa una locura intentar atacar a Bera y Birsa fuera del
plano de la Realidad Humana. Pero ahora el caso es diferente porque Ellos se han situado
en el plano de la Realidad Humana convirtiéndose momentáneamente en seres humanos,
ofreciendo un punto débil en su Estrategia: ahora podemos atacarlos en su debilidad
humana como Ellos nos atacaron a nosotros.
¿Qué ganaríamos si, como tú dices, finalmente “los Inmortales no pueden morir” Vista
la cuestión así, como tú la solucionas, es decir desde los principios, en caso de quitarles la
vida humana sólo conseguiríamos desencarnar sus Almas Inmortales. Esto es:
conseguiríamos nada. Pero creo que no es así como debe responderse a la cuestión pues al
aferrarse a un único principio se están dejando de lado otros principios, tan importantes como
ése de la Inmortalidad del Alma, que si se consideran pueden brindarnos ventaja
estratégica relativa. Concretamente, me refiero al principio del miedo, ya expuesto, y al
“efecto avalancha” que tiene lugar en el fenómeno terrorífico, es decir, al pánico: como
profesional de los fenómenos psíquicos, sé muy bien que la sensación de miedo crece
siguiendo una curva exponencial, que es inversa a la curva volitiva; en un punto determinado,
ambas curvas se cruzan y entonces el miedo domina a la voluntad, o lo que es igual, la
voluntad se debilita frente a la fuerza instintiva, y sobreviene el pánico, durante el cual lo
anímico queda fuera del control racional, se vuelve irracional.
Mi teoría es la siguiente: Normalmente no tendríamos fuerza suficiente para atacar a las
Almas Inmortales Bera y Birsa y causarles el miedo que las ponga en fuga. Anormalmente,
Ellos se han situado en el plano de la Realidad Humana, han encarnado en seres humanos, se
han convertido en Sacerdotes: Sacerdotes diabólicos pero seres humanos al fin, con su visión
limitada por la razón y por el instinto del miedo. Contra seres humanos, por más diabólicos
que sean, tenemos armas con qué luchar; y fuerza suficiente para causarles un gran
miedo; un miedo tal que se transforme en terror; un terror tal que quiebre su orgullo
satánico, su seguridad mágica de que no pueden ser derrotados por seres humanos, y
les infunda el pánico; un pánico tal que deje a las Almas Inmortales Bera y Birsa
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