Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 506
¨El Misterio de Belicena Villca¨
a Sining, y que ahora solicitábamos ayuda para viajar a Shanghái. Hablaba en mandarín culto
y dejó formar un halo de intriga en torno a sus informes.
Estábamos en una enorme y lujosa casa que bien podría pasar por un palacio. Los
sirvientes terminaban de poner la mesa y el Kuan nos invitó a sentarnos.
–Me dará gusto almorzar con Vosotros. Tengo entendido que sois Doctores, hombres de
estudio, además de guerreros. Yo también lo soy: hace años alcancé el grado de Hamlin, que
equivale a lo que llamáis profesor, el título más elevado que otorga la Universidad de Pekín.
Mis especialidades son las Matemáticas y la Filosofía. He estudiado a fondo el Taoísmo y lo
profeso: la nuestra podría considerarse como una Sociedad taoísta. Es por esa filiación que
somos aliados naturales del Circulo Kâula del Tíbet: nosotros consideramos que ellos conocen
la parte oculta del taoísmo; de todos los taos, el Tao; de todos los caminos, el Camino; la
Senda estratégica que lleva al Espíritu a liberarse de sus ataduras materiales. Muchos de los
integrantes de la Banda Verde, al retirarse, suelen recluirse en los Monasterios kâulikas.
Von Grossen y Yo, al conocer a Thien-ma, convinimos en que se requería un nuevo
estudio sobre las Sociedades criminales chinas. Evidentemente existía una sugestiva
confusión, quizás originada en que la fuente común que disponíamos los europeos para
conocer China eran los copiosos informes suministrados por los ingleses, los que contendrían
información maliciosa y falsa. ¡Al fin de cuentas, para los ingleses la
era también una
Sociedad Secreta criminal! Porque de lo que menos se podía acusar a Thien-ma era de ser un
típico criminal; aunque las acciones de su organización estuviesen reñidas con la ley. El, y
todos los de su “Banda”, eran idealistas, tenían una meta espiritual que alcanzar; y se
encontraban en un mundo diabólico. En tales circunstancias gnósticas, la solución es siempre
la misma: el fin espiritual justifica cualquier medio empleado para abrirse paso en territorio
enemigo.
Los 25 hombres de Sining-Fu y los seis lopas almorzaban en una casa contigua. A Thien-
ma lo acompañábamos Von Grossen, Oskar Feil, Srivirya, Bangi y Yo, que éramos los que
proseguirían viaje a Shanghái; los primeros regresarían a Sining esa misma tarde, junto a los
lopas cuyo destino era el Tíbet. El jefe de la Banda Verde hablaba muy bien el inglés, aunque
ello no lo enorgullecía en absoluto y prefería expresarse en mandarín. No fue hasta muy
avanzada la comida que lo supimos pues accedió a comunicarse en ese idioma con Von
Grossen. Pasamos así, conversando con aquel hombre anciano, dotado de la curiosidad de un
niño, toda la tarde: cuando se agotó el tema filosófico y religioso, caímos naturalmente en la
cuestión política, es decir, en la realidad. A partir de allí, siguieron varias horas durante las que
tratamos de hacerle comprender el nacionalsocialismo y su esencia hiperbórea. Él tenía
información, por supuesto, más nosotros le brindamos todos los detalles que nos requirió.
Al fin, satisfecho de sostener una conferencia totalmente infrecuente en aquellas regiones,
–nos aseguró– se dispuso a revelarnos cómo nos iba a hacer llegar a Shanghái. Pero antes
nos hizo una reflexión sobre la situación en su patria.
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–Oh, Tsing : lo que me contáis sobre vuestro Führer, y su gobierno apoyado en masas
patrióticas, trae a mi Espíritu sombríos pensamientos sobre el futuro de China. El Führer ha
puesto frente a los alemanes su heroica y gloriosa tradición, y ellos la han aceptado con
orgullo. Aquí, por el contrario, Mao-Tse-Tung adoctrina a los campesinos con las teorías de los
judíos Marx, Engels, y Lenin, y les enseña a admirar a los rusos, un pueblo que era salvaje
cuando ya China tenía una civilización desarrollada. Y por otra parte, Chiang Kai-Shek ha
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resultado ser una “piedra blanda” , pues se ha convertido al cristianismo renegando de
nuestras milenarias tradiciones: quizás si él hubiese puesto, como vuestro Führer, la Cultura
china frente a los chinos, ellos lo hubiesen apoyado masivamente. Pero en cambio les ofrece
las atrayentes y engañosas imágenes de una Cultura extranjera. Una Cultura que pertenece a
quienes hasta ayer nomás nos explotaron como a esclavos. Mao y Chiang, ambos chinos
renegados, se hallan deslumbrados por Dioses extraños, ambos presentan al pueblo sus
ideales extranjeros ¿Y a quién creen Ustedes que elegirán los chinos? ¿A los que
seguramente nos volverán a oprimir, como ya lo hicieron, o a los que prometen hacer algo por
53 Tsing Doctor.
54 Kai-Shek significa “piedra dura”. La afirmación de Thienma tenía sentido irónico.
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