Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 507
¨El Misterio de Belicena Villca¨
el pueblo? No quiero responder Yo, prematuramente, a ese trascendental interrogante, pero
desde ya os informo que el pueblo apoya en mayor medida a Mao que a Chiang, porque Mao
cree en el pueblo y sabe expresar esa creencia, en tanto que Chiang sólo cree en Jesús, en
Inglaterra y en Estados Unidos.
¡Jesús! He allí otro judío, ajeno por completo a la Historia y Tradición de China. ¿Pero qué
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maldición es esta, que ha caído sobre el Reino del Medio ? ¿Es que no existía otra opción
para China que el judío Jesús o el judío Marx? Ninguno de nosotros contestó a estas
dramáticas preguntas, pero me prometí a mí mismo hacerle llegar la edición inglesa de Mein
Kampf, el libro del Führer.
–No deseo agobiar a mis huéspedes con lamentos de viejo –se disculpó Thien-ma– pero
se darán cuenta que, a pesar de constituir una “pandilla criminal”, como nos califican los
extranjeros, los Verdes amamos profundamente a China y nos preocupamos por su futuro.
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Prevemos que ciertas fuerzas extranjeras, a las que denominamos Pai-Lung-Yah , tratarán de
matar al elefante dormido chino, antes que despierte.
Os diré cómo llegaréis a Shanghái. Debéis saber que existe una Tao-Hei, o ruta negra,
por la que circula en ambos sentidos el contrabando hacia el Mar Occidental. La misma es casi
oficial, ya que en todo su trayecto hay funcionarios sobornados, y atraviesa las mismas líneas
japonesas, puesto que tampoco los nipones se resisten a ganar unos yenes extra. Dentro de
dos días parte de aquí un tren que sólo llega hasta Cheng Chow. Pero Vosotros descenderéis
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antes, en la ciudad de Sian, provincia de Shensi . Desde allí marcharéis al Sur, atravesando
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los montes Tsing-Ling que separan los Ríos Amarillo y Azul , hasta la aldea de Han-Kiang,
en la orilla derecha del Río Han-Kiang. En esa aldea haréis contacto con nuestros hombres,
quienes os embarcarán en un transporte que habitualmente lleva contrabando.
Navegaréis por las aguas del Han-Kiang y, en la confluencia con el Yangtsé-Kiang,
tomaréis por éste hasta Shanghái. Como veis, se trata de un plan muy simple.
–En efecto, lo parece –replicó el meticuloso Von Grossen–. Pero permítame que le haga
unas preguntas.
Asintió con un gesto chino que consiste en inclinar la cabeza hacia adelante.
–Ud. me habla de 500 km. en tren. ¿No es posible que alguien sospeche y nos someta a
un interrogatorio? ¿Qué haremos entonces? Porque carecemos de papeles oficiales alemanes
y además estamos clandestinamente en China.
–Ah, Tsing. ¡Debéis cultivar la virtud de la paciencia! –Condenó Thien-ma, con ingenua
severidad–. Os dije que el tren parte dentro de dos días: para esa fecha los tres alemanes
poseerán papeles que afirman que se trata de tres ingleses acreditados en China por la
Sociedad de las Naciones, con la misión diplomática de observar la situación local y presentar
informes que servirán para una futura mediación. Exhibirán sellos de entrada por Hong Kong y
estarán escritos en inglés y mandarín: pero no temáis ¡nadie que os pueda inquirir de aquí a
Shanghái conoce suficiente inglés para notar que sois alemanes! Os daremos, también,
salvoconductos diplomáticos y un pase para los dos tibetanos, en el que figurará que los
habéis contratado en Sining-Fu.
Os daremos también dinero, bastante dinero chino y japonés. Todo falso, los papeles y el
dinero. Todo de la mejor calidad. Pero no proseguiréis solos: un Verde os acompañará hasta
Shanghái. Él os hará ingresar al tren por una Shen-Hei y os acomodará en un vagón que está
bajo nuestro control. La única ocasión en que podríais ser interrogados sería al descender en
Sian, cosa muy improbable porque sólo descenderéis si hay señales de seguridad, o si el tren
fuese detenido en el camino, algo posible y bastante frecuente, pero generalmente todo se
arregla con una generosa dádiva. Sean nacionalistas, o comunistas, en la pobre China nadie
se resiste al soborno. Los bolcheviques tampoco en esto han sido originales, pues se
integraron a la antigua institución del cohecho mediante un cambio de nombre que dejó a
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Ch’in Reino del Medio.
Pai-Lung-Yah el Dragón Blanco Jehová.
Shen: paso, puerta; Si: oeste; Shensi: Paso del Oeste.
Tsing o Chin medio; Ling: montes; Tsing-Ling: Montes del Medio.
Los Ríos Hoang-Ho y Yiangtse-Kiang.
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