Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 429

¨El Misterio de Belicena Villca¨ condiciones actuales de conocimiento es difícil evaluar la interrelación del paganismo druídico”. Galia (Gaul): la primera mención acerca de los Druidas la hace Diógenes Laercio (Vitae, intro., I y 5) y fue encontrada en un trabajo perdido de un autor griego, Sotión de Alejandría, escrito alrededor del 200 Antes de Jesús-Cristo, época en que la mayor parte de la Galia fue Celta por más de 200 años y en que las colonias griegas habían ocupado durante un tiempo aún mayor la costa del Sur”. “Los Druidas galos, que posteriormente fueron descriptos por César, constituyeron una Orden antigua de oficiales religiosos pues cuando Sotión escribía Ellos ya poseían su reputación de filósofos en el mundo exterior. De todas maneras, el relato de César es la fuente principal de la presente información y es un documento especialmente valioso 35 ya que el amigo y consejero de César, el noble Audeano Divitiacus , era Druida. La descripción que hace César de los Druidas (Commentarii de bello Gallico, VI) enfatiza sus funciones judiciales y políticas” “A pesar de que oficiaban en Sacrificios y enseñaban la Filo-sofí de su Religión, eran más que Sacerdotes: en la Asamblea anual de la Orden, que tenía lugar cerca de Chartes, no era para rendir Sacrificios que la gente concurría desde lugares remotos sino para presentar sus disputas en un juicio justo. Su poder era mayor aún: no sólo decidían en las discusiones de menor importancia pues su función incluía la investigación de las acusaciones criminales más graves, así como también las disputas entre tribus”. – ¡Himmel!, exclamé, mientras suspendía un momento la lectura: ¿será que me encuentro tan sugestionado por la Doctrina del Führer, que veo judíos por todas partes? Pues ¡a qué negarlo! aquellos Sacerdotes-Jueces, con su blanco efod, se me antojaban Levitas de pura Raza hebrea–. ¡No estás equivocado! –Afirmó en mi mente la Voz de Kiev–. ¡Los Druidas hebreos! ¡Algún día conocerás la Verdad! Seguí leyendo: “Esto, y el hecho que reconocían un Archidruida investido del poder supremo, nos demuestra que su sistema se concebía en una base nacional y que además estaban habitualmente lejos de los recelos entre las tribus; y si a esta ventaja política le agregamos su influencia sobre la opinión pública, a la que formaban en su calidad de principales instructores de los jóvenes, y, finalmente, la formidable sanción religiosa detrás de sus decretos, es evidente que ante el choque con Roma los Druidas deben haber controlado totalmente la administración civil de la Galia”. Este poder omnímodo, tanto en la paz como en la guerra, esta intermediación entre el Cielo y la Tierra, esta capacidad de “formar al pueblo” en todos sus estratos, esta potestad de legislar y juzgar, ¿no era análoga a la de un Aarón, un Josué, un Samuel, unos Levitas, es decir, aquella tribu de Israel a quien Jehová encargó la misión de oficiar el Culto de la Ley? Preguntas sin respuesta por ahora; pero preguntas que daban paso a muy sugestivas intuiciones. Así seguía el artículo: “Del druidismo en sí es poco lo que se dice, excepto que los Druidas enseñaban la inmortalidad del alma humana, sostenían que ésta pasaba a otros cuerpos después de la muerte. Esta creencia fue identificada por otros autores posteriores, tales como Diodorus Siculus, con la Doctrina de Pitágoras, pero probablemente ello sea incorrecto ya que no existe evidencia de que el sistema religioso druídico incluyese la noción de una cadena de vidas sucesivas como forma de purificación ética, o de que estaba formada por una doctrina de retribución moral, siendo la liberación del Alma la última esperanza, y esto parece reducir el credo druídico al nivel de una especulación religiosa común”. Muy contradictorio, pensaba Yo en el tren. Es bastante improbable que unos pueblos bárbaros, como eran los celtas, se sometiesen por millones a la conducción religiosa, moral y judicial, de Sacerdotes-Jueces, retirados en los bosques, que sólo sustentaban una “mera 35 Divitiacus es el mismo Druida “Viviciano” que mencionara el profesor Ramírez en el Libro Tercero, Capítulo III. 429