Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 425
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Algo abrumado por el particular espectáculo que estaba presenciando y conteniendo los
deseos de ir de inmediato a examinar los lomos de los libros, que evidentemente eran muy
antiguos, contuve mi ansiedad y pregunté:
– ¿Por qué aquí? ¿Por qué construir una casa dentro de otra casa? ¿No era más factible
adquirir otra propiedad más cómoda en un barrio más respetable?
–Calma, calma, Kurt, –dijo Tarstein– esto ha sido hecho así por una importante razón: No
podemos abandonar esta propiedad que es muy querida para nosotros. En ella han pasado
cosas muy importantes para la Alemania y la Humanidad. Por eso, aunque pocos son los que
suelen visitarla, nosotros la mantenemos intacta, sin cambiar nada de su antiguo y
desconcertante mobiliario. Hace treinta años, en 1908, funcionaba aquí una agrupación
secreta cuyos miembros fundaron en 1912 la Germanenorden que luego daría lugar a la
Thulegesellschaft y al N.S.D.A.P. ¿Entiende ahora por qué debemos conservar esta casa?
–Porque aquí empezó todo, –dije con admiración.
–Exacto, aquí empezó a escribirse la historia del próximo milenio. ¡¡Aquí, solamente aquí,
vinieron un día los Superiores Desconocidos a sellar la fundación del Tercer Reich!! Antes
caerá Berlín de sus cimientos que pueda tocarse un alfiler en esta casa sagrada.
Cuando Konrad Tarstein hablaba en esta forma, su chillona voz adquiría tonos proféticos y
se tornaba magnética y atrayente, haciendo olvidar por momentos el estrafalario aspecto de
quien la emitía.
–Vamos a tomar una taza de té –propuso Tarstein– y le impondré de algunas cosas que
debe saber de la Thulegesellschaft y del arreglo que hemos hecho con Rudolph Hess sobre su
ingreso.
Le acompañé lamentando dejar aquella fascinante biblioteca, hasta la flamante cocina.
Abandonamos la biblioteca por otra puerta, adyacente de la que habíamos entrado, y fuimos a
dar nuevamente a la galería y al patio. Comprendí, así, que la casa de Konrad Tarstein se
extendía en toda esa ala de la vetusta mansión, frente al segundo piso.
– ¿De cuántos cuartos cuenta la casa? –pregunté mientras azucaraba el aromático Té de
Shanghái.
–Contando ambas plantas, unos... treinta o treinta y dos ambientes –respondió
enigmáticamente–. ¿Quién podría saberlo?
Me miró un largo instante, como dudando si debía detenerse allí o completar la respuesta.
Al fin algo en él pareció relajarse, y optó por la segunda alternativa.
–Mire Kurt, Yo no sé si estará ya preparado para aceptar ciertos hechos que escapan a la
normal comprensión del hombre corriente. De todos modos, puesto que pretendemos hacer de
Ud. un Iniciado Hiperbóreo, tarde o temprano tales hechos no le resultarán para nada
sorprendentes: es sólo cuestión de tiempo que los comprenda. Así que, le daré una
información que para cualquier mente racional sería lógicamente increíble, pero no lo será
para nosotros pues corresponde a la más rigurosa verdad, perfectamente comprobable por
todo Iniciado: en esta casa, hoy pueden haber 32 ambientes pero mañana, tal vez, hayan
35, 40 ó más; o tal vez menos, 20, 25, 30, ¿quién podría saberlo?
Naturalmente, Neffe, aquella revelación me produjo la incomprensión que preveía
Tarstein. No olvides que sólo tenía 19 años y que aún me hallaba conmocionado por la
recientemente adquirida facultad de oír la Voz de Kiev, el Señor de Venus. Sin embargo no me
sobresalté y tomé sus palabras con tranquilidad. Konrad Tarstein prosiguió, aparentemente
satisfecho por el efecto nulo que causaban sus datos.
–Esta no es una casa común, Kurt. No señor, Ud. se encuentra dentro de lo que nosotros
llamamos una plaza liberada, un oppidum, es decir, un espacio ganado al Enemigo. Aunque
Ud. vea sólo paredes rodeando al área edificada, ellas sólo encubren a un cerco estratégico
denominado Arquémona o vallo obsesso, que separa y aísla a la plaza del Valplads o
territorio enemigo, vale decir, del campus belli. Ud. no puede percibir el Arquémona porque
aún no está Iniciado y su Alma le bloquea la visión espiritual: solamente su Espíritu Increado
es apto para captar el cerco carismático del Arquémona. Pero ya lo verá, Kurt, ya lo verá. ¡Y
entonces comprenderá que es real lo que parece imposible, y que la casa no es
geométricamente estable porque su estructura no participa exclusivamente de los Arquetipos
Creados, como toda casa, sino que en ella interviene un elemento increado, el Infinito Actual!
Luego de ese anuncio, Tarstein suspiró y dijo:
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