Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 340

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Creado que engloba el Universo en todas sus formas, ni la Divinidad en Tres Personas, ni un Dios nacido de una Virgen, ni el Dios encarnado, ni el Hombre Divino crucificado, ni la resurrección, ni la inmortalidad del Alma que ellos ya predicaban...” “San Benito, en sus últimas horas, gritaba: “Veo a la Trinidad y a Pedro y a Pablo y a Druidas y a Santos...” “Todo el pueblo celta, tras los Druidas, se precipitó hacia el cristianismo”. “Irlanda, que había escapado a la conquista romana y luego a las conquistas árabes, permaneció cristiana, pero si puede decirse así, “druídicamente”. Indudablemente el Profesor Ramírez sabía apoyar sus argumentos con los textos más adecuados, pensé con admiración. –Alrededor de esos sucesos –proseguía el Profesor– se sitúa (siglo VII) la “desaparición” de los Druidas en su aspecto tradicional, pero se producen esporádicas reapariciones a través de la Historia, especialmente durante las Cruzadas (siglos XI a XII), en los procesos a los Templarios (siglo XIV), en el Renacimiento (siglos XV y XVI), en la afirmación de las corrientes llamadas de la Ilustración, Librepensamiento, Enciclopedismo y Masonería, (siglos XVII y XVIII). Como ve, siempre aparecen vinculados a la crisis o a la revolución, pero ojo Arturo, solamente en relación a la Raza celta. Parece que la presencia del Druida tiene un solo objeto: ser guía de los celtas, como cantaba Taliesin. Hoy celta significa poco, pero recuerde que gran parte de Francia e Italia, Portugal, Bélgica, Suiza, Irlanda, Escocia, parte de España y el 50% de la América Blanca, son celtas. A esta altura de la conversación (o monólogo debería decir, ya que el Profesor con su precisión no daba lugar a interrupciones) Yo estaba profundamente impresionado. El Profesor Ramírez sabía sobre el asunto mucho más de lo que me había imaginado al comienzo de la conversación. Decidí continuar con el juego y simular mayor asombro. Para actuar con convicción trataría de llevar el diálogo a un terreno concreto. –La Gran Conspiración Judía Mundial puedo comprenderla perfectamente, Profesor, dado que el objetivo declarado por Rabinos o simples hebreos de todos los tiempos, es el Dominio del Mundo y el sometimiento de la Humanidad al Pueblo Elegido por Jehová. “La Israel celeste –dice el Talmud– tiene como destino de gloria reinar sobre los pueblos gentiles”. Pero ¿qué objetivo persiguen los Druidas perpetuándose a través de los siglos para dirigir secretamente a los celtas, mediante su Ciencia maldita? No un objetivo imperialista, pues los celtas jamás tuvieron Imperio, sino que establecían confederaciones de tribus o pueblos cuya decadencia comenzó con la “Campaña de las Galias” realizada por Julio César. Tampoco un objetivo que implicara algún tipo de beneficio espiritual para los celtas, pues, ya no lo dudo, los Fili están impulsados por algún fin perverso. ¿Por qué lo hacen, Dios mío, por qué? Traté de plantear el interrogante lo mejor que pude al Profesor Ramírez. Se quedó pensativo un largo minuto y luego, con gesto de desaliento, respondió: –No lo sé Dr. Siegnagel –me llamaba alternativamente Arturo o Dr. Siegnagel–. Sólo puedo conjeturar algo. Pero tenga presente esto ¡es sólo una conjetura! De ninguna manera podría probarlo. Le diré lo que pienso, pero jamás lo repetiría fuera de esta oficina y de este momento. Contuve la respiración por temor a que el Profesor callara. –Sabido es que el poder financiero judío comienza a desarrollarse a fines de la Edad Media, cuando los orfebres en metales preciosos (casi siempre judíos), vistos en la obligación de construir cámaras de seguridad para guardar el oro y la plata de los Señores feudales y Nobles, comienzan a efectuar préstamos a interés, utilizando como garantía estos depósitos ajenos. El primer paso fue emitir un documento, reconocido por todos, como “elemento de pago”, verdadero papel moneda que permitía comerciar sin necesidad de efectuar pagos en metálico. Desde luego que este “descubrimiento” fue rápidamente adoptado y utilizado a discreción por grandes comerciantes y prestamistas, al estilo del “Mercader de Venecia” que tan brillantemente retratara Shakespeare. Pero, el secreto del enriquecimiento, estaba sin duda en la usura, verdadero origen de la “Banca”. 340